Relaciones de viajeros

RELACIONES DE VIAJEROS 229 lugar, hombre instruído que me entretuvo con sus cuentos sobre las costumbres de los indios del interior, entre quienes había residido y cuya lengua conocía. Por los ejemplos que dio deduje que era dulce y musical, llena de vocales y bien adaptada a las vidas sencillas e inocentes de quienes la hablan. No obstante el aspecto respetable de este cura, tuve buen motivo para saber que en punto de moralidad, no era superior a la mayor parte de los de su profesión en el Perú: vivía públicamente con una preciosa muchacha interesante, dotada de voz dulce, que nos entretuvo con la siguiente canción, acompa– ñada, como es usual, con guitarra: -Cora7Ón, ¿por qué pretendes Con ese traidor estar? Si él no te tiene amor, Deja, corazón, de amar. -Pretende porque lo quise Con él a perseverar, Y aunque él me sea traidor Yo siempre lo he de amar. -Cuando más fina lo adores, Mira, te ha de abandonar; Y para no sentir mucho, Deja, corazón, de amar. -Bien pudiera a mis fuerzas Con abandono pagar; Pero yo siempre constante No puedo dejar de amar. -Hartos consejos te doy Queriéndote consolar: Ten presente sus traiciones, Deja, corazón, de amar. -En vano son tus consejos, No los quiero ni escuchar; Ciega estoy en su belleza, No puedo dejar de amar.

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