Relaciones de viajeros

RELACIO ES DE VIAJEROS 13 durante este tiempo, supongo que esté bien informado de los di– versos sucesos acaecidos en esta parte del mundo, por mis cartas enviadas, de tiempo en tiempo, a mis amigos de Edinburgo. Desde que dejé mi país natal, he participado mucho de la bondad de nuestro Padre en el Cielo, dirigiendo mis pasos, ha ciendo que la oscuridad se aclare ante mí y que las cosas torci– das se enderecen. El estímulo recibido en mi tentativa de seguir la causa del Señor en América del Sur, ha sido mucho mayor que el que yo pudiera haber esperado. Creo que acá se ha abierto una puerta que nunca se cerrará, la que espero se abra más y más de un año a otro, hasta que llegue a ser grande y efectiva en el lenguaje de los Apóstoles. Yo diría que aquí no hay adversarios y que todo va prósperamente, sin dificultades ni frustraciones en ninguna parte; diría que ha ocurrido un gran milagro en este lugar, que ha cambiado la natu– raleza del hombre. Naturalmente, que Ud. no espera tan magní– ficos acontecimientos. Al mismo tiempo, es una gran satisfacción el poder enunciar, que se ha encontrado bastante menos oposición d la que se es- peraba. Pienso que las dificultades, de cualquier clase que sean, serán cada vez menores y más débiles con el correr del tiempo, y es, entonces, cuando éste portará en Ia mano la antorcha de la luz de los cielos. Por otra parte, aumentarán, enormemente, los medios y oportunidades para hacer el bien. Seguramente que es una visión placentera el ver alejarse la oscuridad, abatida por la luz del cielo. Ud. sabe que no hay amis– tad, de ninguna clase, entre la luz y la oscuridad; una debe dar paso a la otra. Entonces, donde la oscuridad prevalezca, dejemos al pueblo de Dios dirigirse a él, quien dijo: ''Hágase la luz, y la luz fue hecha"; y dejemos que utilicen los medios que El ha seña– lado, bajo la completa seguridad, de que la media noche dará lu- gar a la luz del alba, y ella también, al medio día. Las Escrituras predicen, que está por tener lugar, en nuestro hasta ahora infortunado mundo, un cambio grande y feliz, y en los días en que vivimos, se dice: "Levanten las cabezas, para este alegre período que se está aproximando". Usted que vive en la tierra de Israel, donde la palabra del Señor resuena por todas partes, ve estas cosas mejor de lo que yo puedo hacerlo desde este lejano país. De cualquier parte del mundo, llegan los mensajeros diariamen– te, desembarcando en sus alegres costas, y portando nuevas de felicidad. Unos dicen que Babilonia está abatida; otros gritan

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