Relaciones de viajeros

242 ESTUARDO NU&EZ de retorno, pues esperaba haberse librado de mí. Díjome que si que– ría esperar uno o dos días, quizás tendría animales más útiles; pero no seguí su consejo, y, dando algún dinero al alcalde, pidióme pres– tado el sable, y envió dos agentes a traer dos buenos caballos de propiedad privada, indicando dónde los encontrarían. Pasado al– gún tiempo, regresaron los ministros, sin haber podido dar con los caballos que fueron a buscar, pero me trajeron una mula grande; y otro guía llegó sin dilación montado en una vieja mula blanca.

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx