Relaciones de viajeros

268 ESTUARúO .NU.NEZ tos y palcos por atrás, pasando un corredorcito exterior, desde donde puede moverse el corral en que se encierran los toros, aparentemente domados y dóciles, pero atormentados casi hasta enloquecerlos an– tes de soltarlos al redondel. Desde este corral hasta el redondel hay cuatro bretes sucesivos, apenas bastante grandes para contener un toro; son de fuertes vigas atadas con guascas, y adentro se pone igual número de toros. El brete inmediato al redondel se llama cuar– to de vestir, y aquí se tortura al animal hasta enfurecerlo, cubrién– dolo principalmente con espléndido ropaje de cintas cosidas a la piel con agujas colchoneras. También se le atan petardos que explo– tan cuando se precipita a la arena. El palco presidencial está directamente frente a la puerta del toril y arreglado de hermosa manera. Abajo de éste se colocaron ban– cos para dos bandas de música, que tocaban alternativamente du– rante toda la corrida. Frente al palco presidencial, y sobre el toril, se sienta el Cabildo, y al frente cuelgan banderillas espléndidamen– te adornadas con oropel, para arrojarlas al toro y fastidiarlo con el ruido, además de infligirle herida dolorosa. Debía quizás mencionar que el precio de los palcos son seis asientos era ocho duros, ade– más de medio duro pagado por cada entrada; los asientos de grada valían medio duro cada uno y otro tanto la entrada. La multitud paga solamente la entrada por los asientos que se le destinan.

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