Relaciones de viajeros
RELACIONES DE VIAJEROS 17 dependizó, y, por la misma razón, hay todavía menos en Buenos Aires. Habiendo mencionado Buenos Aires, no puedo menos que elogiarla por el progreso que está haciendo, en alto grado. Una r eforma sucede a la otra rápidamente; están por poner punto fi– nal al monacato, y tomar en sus manos las propiedades de la Iglesia, pagándole al clero con el tesoro público. Se dice, tam– bién, que están prontos a pasar una ley en favor de la tolerancia religiosa. Bajo todo punto de vista, Buenos Aires se mantiene a la ca– beza de las ciudades y países de América del Sur. Es una ventaja tener un lugar tan adelantado, que pueda dar ejemplo a las otras ciudades. Hay varjas publicaciones perióc!icas de gran calidad, emiti– das por las imprentas de la ciudad. En estas publicaciones, se dis– cute libremente cualquier tema, se proponen reformas y se atacan los prejuicios. Se goza de libertad de prensa y se actúa con ella, de la misma manera que en Inglaterra. Los artículos publicados en los periódicos y revistas de Bue– nos Aires, se abren camino poco a poco, al publicarse en los pe– riódicos de Chile y Perú, y, de esta manera, preparan el camino en estos lugares, para seguir, antes de mucho tiempo, con los mismos cambios y reformas, que ahora están tomando la delantera en la ciudad modelo mencionada. En esta ciuaad, Lima, también se goza de libertad de prensa en sumo grado. Sin embargo, esto sólo empezó hace dos o tres meses, con el derrocamiento del principal Secretario de Estado. Esta persona, aunque gran amigo de la reforma, y quien me diera información sobre ella, deseaba quedarse con todo en sus manos, al menos por algún tiempo, y otorgar la libertad de prensa gradual– mente. El plan de reforma eclesiástica, public.ado en Buenos Aires, fue, también, pub U cado en el periódico de esta ciudad. Otras cosas similares fueron traídas, así indirectamente, a la conside– ración de la gente del Perú, y, viniendo de Buenos Aires, son me– jor recibidas que si vinieran de cualquier parte de Europa, es– pecialmente de países protestantes. El otro día fuimos atacados por los frailes de Lima, en una de las publicaciones de la ciudad, cuyo editor es uno de los se– cretarios del Congreso. Ustedes considerarán estas cosas como fruto de la revolución en América del Sur; se acerca rápidamen– te e tiempo en que veamos más abundancia de frutos y también
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