Relaciones de viajeros
RELACIONES DE VIAJEROS 19 Una vez cada 50 años, parece ser el período de estos terri– bles temblores, y Lima ha sufrido con bastante regularidad estos fatales períodos. La ciudad de Quito al norte, y Arequipa, al sur, tienen tam· bién sus épocas de temblores. Lima, 2 de diciembre de 1822 Hace algunas semanas, un Comité del Congreso, fue encar– gado de preparar los delineamientos de la constitución política del país. Esta ha sido concluída, presentada al Congreso, y or· denada su impresión. El Congreso está ahora, empeñado en la dis~usiór.i de artícu- lo por artículo. Hay bastante interés referente a este asunto, y, en consecuencia, los corredores del Congreso están, diariamente, llenos de toda clase de gente. La discusión del artículo sobre la forma de gobierno, y so· bre la religión, han motivado la mayor atención. La república como forma de gobierno ha sido declarada unánimemente, tal como yo le insinué en una de mis últimas cartas. En el proyecto de la Constitución, el artículo sobre la reli– gión, dice así: "La religión del Estado es la religión de la Iglesia Católica Apostólica Romana". Uno de los miembros del Congre– so, quiso incluir la palabra ''sólo" o "exclusivo", pero como el resto no estuviera de acuerdo, él presentó su protesta. Tanto por el caso anterior como por el interés general del asunto, el tema fue discutido ampliamente. Como puede muy bien suponer, fui a escuchar lo que se de– cía en ambos lados, y a ver el resultado. El primero que subió a la tribuna para hablar, fue un clérigo, quien llevaba en sus ma– nos, un libro como del tamaño del Nuevo Testamento. Comenzó por decir, que era su mejor y más sincero deseo, que todos los hom– bres pudieran pertenecer a la Iglesia Católica Romana. Luego manifestó que, en su opinión, la única manera conveniente de atraer gente a la iglesia, era solamente, por la persuación y por la fuerza de la razón, y no por la fuerza bruta ni la persecución.
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