Relaciones de viajeros

CHORRILLOS, EL BRIGHTON DE LIMA.- BAÑO DE DAMAS.– HABITANTES INDIOS.- MIRAFLORES.- NIEBLAS DEL INVIERNO.- EL CHUCHO Y OTRAS DOLENCIAS ( *) Ahora era pleno estío peruano, estación en que la mayor parte de la alta sociedad de Lima deja el calor de la ciudad para disfrutar las chacras o alquilar casas en Chorrillos, el Brighton limeño. No obstante la tristeza que la pobreza más o menos proyectaba sobre todos, muchas familias visitaban esta playa balnearia, pero la mayor parte de las casas eran ocupadas por comerciantes ingleses o ex– tranjeros. Chorrillos, pueblo de indios pescadores, seis millas al sur del Callao y ocho de Lima, se halla sobre una alta barranca arenosa formando una bahía chica, famosa ya por la pérJida de San Martín, barco de guerra de sesenta c::iñones, ex Cumberland de la Compañía de las Indias, allí encallado y perdido por negligencia de la tripula– ción. Los ranchos, como se llaman por desdén, se componen general– mente de gran sala abierta hacia el mar, con dos o tres dormitorios detrás; completamente de construcción común, los más con pisos de arcilla y techos cañizos. Pertenecen a los indios más ricos que viven generalmente en chocitas de caña al fondo de las casas que alquilan por la temporada, o sea durante los cuatro meses más calurosos del año. Aquí traen las familias sus muebles, vino, etcétera, y se insta.. lan para gozar la brisa marina y los baños, y comer pescado, entre los que uno chico semejante a nuestras sardinas goza de alta y me– recida estima. No puede decirse qµe los habitantes de Lima mostrasen mucho juicio y buen gusto en la elección del balneario, por estar en un estéril promontorio arenoso y cuando hay viento fuerte las casas se llenan de polvo que, afuera, cubre los zapatos. No obstante, en compensación de la suciedad y lo desagradable del lugar, el aire en general es particularmente agradable, y aun los cuidados del mundo parecen desterrados entre los alegres visitantes. De día las li– meñas endosan largos vestidos de baño y bajan por la senda arenosa a unas chocitas de caña enyesada, distribuídas entre las rocas rugo- (*) Corresponde al cap. XXXVIII.

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