Relaciones de viajeros
310 ESTUARDO NUÑEZ con la maquinaria, y eran muy respetados y queridos por los pe– ruanos; pero desde la destrucción de las obras, la mayor parte aban– donaron el país dejando detrás de ellos, como representantes, nu– merosos niños de cabellos rubios ensortijados, conocidos en Paseo por los inglesitos. Estos científicos invariablemente contaron cosas extraordinarias de las irquezas mineras de Paseo, y afirmaban que se satisfarían con lo que los nativos habían tirado en su' modo de trabajar descuidado y negligente: las sobras contenían plata su– ficiente para realizar grandes fortunas siempre que se les permitiese extraerlas. De Paseo a Jauja hay cuarenta y cinco leguas: la primera para– da es en el pueblo de Reyes, quince leguas de Paseo, célebre por los pastos y el patriotismo de sus habitantes, debido a una circuns– tancia ocurrida casi al estallar la revolución. Algunos oficiales es– pañoles se albergaban en una casa del pueblo y, por la noche fría, encendieron carbón en un brasero dentro del cuarto con las puer– tas cerradas. En consecuencia, por la mañana se les encontró muer– tos; pero sus camaradas insistieron en que habían sido envenena– dos y comenzaron una masacre confusa de la gente del pueblo, ma– tando a toda alma viviente que no pudo escapar, y llevándose el ga– nado. Desde entonces los nativos de Reyes se han distinguido por su patriotismo, y, a la aproximación de una fuerza realista, trans– portan sus familias y riqueza en balsas, para una isla fértil en me– dio de un gran lago próximo donde están seguros de no ser mo– lestados. El pueblo de Jauja está en uno de los más grandes, fértiles Y poblados valles del Perú, aunque hoy muy desolado por el largo tiempo que el ejército español ha acampado allí. Es punto central excelente para amenazar a Lima y defender el Cuzco, y provee am– plios medios para subsistencia y recluta de un ejército. Los indios de este valle son patriotas decididos y se han sublevado varias ve– ces contra los realistas, pero sin éxito. Una vez, poco después del desembarco de San Martín, algunos centenares fueron matados después de una lucha inútil por la independencia. El país entero entre Jauja y Cuzco es montañoso pero cortado por quebradas pro– ductivas. Las montañas abundan en minerales; los más valiosos son el azogue de Huancavélica y la plata de Huamanga, de donde se trae la bella filigrana de plata, tan justamente admirada, que tra– ba.i an los indios. Veintidós leguas al norte de Paseo está el pueblo de Huánuco en caluroso pero fértil valle que produce óptima azúcar, café, algo– dón, cacao y tabaco; también es famoso por la fruta, piña y chiri-
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