Relaciones de viajeros
VISITA A CHORRILLOS.-ROBO EN LA PUERTA DEL CALLAO.– ULTRAJES POR LOS MOTINEROS EN LIMA.-LADRONES FUSILADOS.-ENTRADA DE LOS REALISTAS EN LIMA. (*) Mi hijito mayor había estado largo tiempo muy débil, debido al clima, y empeoró tanto que el médico inglés me dijo que el solo medio de salvarle la vida era dejar el país o darle aire de mar. Co– mo no podía ahora adoptar el pr imer medio, resolví llevar parte de mi familia a Chorrillos, de donde podía, en cualquier tiempol embarcarme para el Callao. Con gran dificultad pude conseguir una calesa con míseros mancar rones, dejados después de la requisa ge-– neral par a nuestra conducción. Allí pasamos algunos días tranquilos y hubiésemos pasado más, pues todos los informes coincidían en dar a la fuerza española cer ca de la ciudad, si uno de mis sirvientes, a quien le habían robado el caballo, y despojado de todo en el cami– no, no hubiese traído la noticia que nuestro h ijito menor , que ha– bía quedado en Lima a cargo de una niñera, había caído de repente enfermo, sin esperanzas de curar. Salimos para la ciµdad sin demo– ra en un carruaje que felizmente estaba en Chor rillos, donde ha– b ía traído una persona en la mañana. Hallamos en el camino un hombre que nos informó haber en Miraflor es una par tida hostil, a un cuarto de milla de la ruta directa; pero como era peligroso caer entre ladrones sueltos y sin oficiales, resolví inmediatamente pasar por el lugar. Sin embargo, al entrar en este lindo villorrio, a la sa– zón del todo desierto , encontramos felizmente ser la noticia incier– ta, y además un alemán que vivía allí nos proporcionó caballos de refresco que nos llevaron con buena velocidad. A media milla de Lima, ya obscureciendo, nos alcanzó el go– bernador de Chorrillos, quien dijo al postillón de ir a toda veloci– dad, pues una partida de los Granaderos a Caballo del Callao, se– guía nuestros pasos. Por tanto apuramos la marcha esperando cada minuto ser alcanzados, pero, por fin, llegamos a las murallas, que tuvimos que costear por hallar todas las puertas cerradas me– nos la del Callao. De noche llegamos a la puerta, y en el momento ( *) Corresponde al cap. XLIV.
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