Relaciones de viajeros
RELACIONES DE VIAJEROS 329 Un cuerpo de 1,500 plazas, sin embargo, al mando de Rodil, mar– chó de allí sobre Lima, y se le unieron muchos más en Lurín, man– dados por el general Monet, destacado de Jauja por Canterac. El primero de estos oficiales fue nombrado comandante del Callao, mientras el segundo establecía gobierno en Lima. Rodil es hombre de índole feroz y tiránica, temido en todo el país por su crueldad. En el momento de alejarse de la costa Sur, hizo matar públicamente a azotes al alcalde de Pisco, porque éste había favorecido a los patriotas; y durante tres semanas siguientes a su arribo al Callao, se decía haber fusilado cincuenta de sus hom– bres: descargas de mosquetería se oían con frecuencia de noche, cuando se sacrificaban nuevas víctimas a su severidad. Sin embargo, en manera alguna se le considera valiente en la pelea, y el virrey nunca le confirió mando que requiriese coraje o talentos militares. Tenía buena cabeza para negocios, y por tanto era gobernador útil en un país sometido a ley marcial. Su aspecto era verdaderamente insignificante y el vestir sucio y desaliñado. Se parece mucho al ju– dío, con larga barba negra y cara cetrina, y generalmente usa gran sobretodo verde que llega a los talones con mangas hasta la punta de los dedos. Monet es de todo punto de vista el reverso de Rodil: su per.. sana es buena y atrayente, sus maneras caballerosas y comedidas, y el pueblo hacía buenos augurios de que se le hubiese encargado de mandar las fuerzas de ocupación en Lima. Inmediatamente publicó amnistía general de todas las personas comprometidas con los pa– triotas, y pronto conquistó el afecto de los limeños por su modera– ción y bondad. El domingo siguiente a la entrada de los realistas se celebró misa de gracias, en la catedral, por la entrada de las tropas del rey, con sermón acerca de las bendiciones del gobierno español, pronunciado por el mismo sacerdote a quien yo había oído cantar elogios de Bolívar en ocasión anterior de la misma naturaleza. La catedral estaba atestada de gente, y en medio de la ceremonia, Mo– net abrazó en público al coronel Moyana, el traidor. Después los ascendidos sargentos y cabos de los motineros del Callao paseaban por la ciudad con los mismos uniformes. de que habían despojado a sus oficiales cuando se sublevaron, que veíamos haberse modifi– cado para adaptarlos al cuerpo de los nuevos portadores. Entretan– to, Torre Tagle, Berindoaga y Echevarría (ex-presidente departamen– tal de Lima) tuvieron la imprudencia de mostrarse a la luz del día, y se les vio sentarse y emborracharse liberalmente en compañía de los jefes españoles. Torre Tagle publicó también una proclama contra Bolívar, llamándole invasor y destructor del país, y elogiando a los
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