Relaciones de viajeros
332 ESTUARDO NU~EZ enviase una comunicación para aquél. Le dije mis sospechas en cuanto a sus designios verdaderos; pues no era verosímil confiase secretos tan importantes a un perfecto extraño; y agregué que, por ardientes patriotas que yo o cualquiera de mis paisanos fuéramos, ciertamente no caeríamos en el garlito de tan sospechosa comunica– ción. El sujeto me dejó más bien bruscamente, y después he tenido buena razón para creer era espía empleado por los españoles y des– cubrir las fuentes de información de Bolívar.
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