Relaciones de viajeros
24 ESTUARDO NU&EZ por las informaciones que circulaban, diciendo que la Biblia no era una impresión cabal de la versión española de Scio, como indicaba la portada del libro. Este informe fue creciendo e in– crementádose, por el descubrimiento de uno o dos errores tipo– gráficos. Un honrado sacerdote, quemó la Biblia que había comprado, al descubrir uno de esos errores en la impresión. Esto trajo co~ mo consecuencia, la revisión de la edición de la Sociedad Bíbli– ca, haciendo la comparación con la edición impresa en España. El resultado de este análisis, fue altamente satisfactorio, puesto que se encontró, que la edición de Londres, era la exac– ta impresión de la última edición española, con la excepción de algunos errores de imprenta, de muy poca importanoia. Por la época en que se trataba este asunto, el delegado del Arzobispo, puesto que aquí no había Arzobispo, sabiendo que cierto sacerdote deseaba decir algo desde el púlpito contra los que leían la Biblia de Londres, le envió un mensaje diciéndole "que no predicara nada contra la lectura de la Biblia ingles8.". Por la Biblia inglesa, entendía Biblia de Inglaterra, porque las Biblias estaban escritas en idioma castellano. Una pequeña y curiosa obra escrita, apareció en el periódico de esta ciudad, hace casi quince días. Tiene bastante de verdad y fuerza, y como es corta y no ocupará mucho espacio, le haré una traducción de ella. Para hacerle justicia, debería ponerse la obra en forma poética, pero, como no soy poeta ni nada por el estilo, tendrá que contentarse con simple prosa: "Simón tenía una barca de pesca, y sólo una barca de pesca les dejó de herencia a sus hijos. Ellos, sin embargo, eran buenos pescadores; pescaron mucho y se volvieron ricos, pero ya no po– dían contentarse con su pequeña barca, y compraron una más grande. Tiempo después, la barca se convirtió en un bergantín, y luego en un buque. Por último pasó a ser un barco de guerra, y asustaba al mundo con sus cañones. ¡Qué maravilloso es este barco de guerra, que ahora ha cambiado! ¡Qué diferente es aho– ra, de lo que fue en épocas anteriores! Este barco está ahora en– vejeciendo, y arruinado por las tormentas con las que ha trope– zado, se encuentra ahora, deteriorándose en el puerto. Miles de veces ha sido reparado, pero al final debe quedar a un lado para siempre, y sus propietarios tendrán, una vez más, que contentar– se con la barca de pesca de Simón. Me atrevo a decirle, que no encontrará ninguna dificultad en aplicar esta pequeña obra, y, creo, que Ud. estará de acuerdo
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