Relaciones de viajeros
358 ESTUARDO NU.&EZ leza que agitan al Perú, son los temblores de tierra que se repiten casi cada año, y que a menudo convulsionan completamente ciu– dades enteras, y hacen que el mar franquée los obstáculos que lo encerraban dentro d~ límites naturales. El Callao, en 1747, fue des– truído de esta suerte, y desde esa época, estos fenómenos se han re– producido con demasiada frecuencia. Según don Hipólito Unánue, los volcanes, que son la fuente de estas conmociones subterráneas, pertenecen al segundo grupo de los montes igníferos del Perú, a la cadena volcánica de Huaynaputina o Quinistaca.s, en la cordi– llera de los Andes, propiamente dicha. Los principales productos de los alrededores de Lima son las papas dulces, las papas, las sandías, los melones, los cacahuetes, los pepinos. Hay que agregar a los árboles frutales importados de Europa, los de los trópicos; viniendo a colocarse al lado de los ci– ruelos, los azufaifos, los duraznos, las higueras, los manzanos, los olivos; y al de la viña, los naranjos, los limoneros, los guayabos, los aguacates, la pasionaria, los plátanos. Las palmeras están natu– ralizadas en Bellav1sta. Los plátanos, la caña de azúcar, los cocote– ros, se encuentran plantados en varios lugares. Pero entre los pro– ductos estimados en el país con: la pulpa de mimosa inga, llama– do guisante dulce; la pulpa agridulce del tamarindo y el fruto muy grande y de un rojo vivo, llamado tuna, que crece en una hi– guera de Barbarie. La coca, que produce una sustancia muy emplea– da como un masticatorio agradable, es cuidadosamente cultivada, así como el maíz, el trigo y la zarzaparrilla. El aspecto de la vegetación de la costa es triste, y no permite esperar de ninguna manera cosechas interesantes; y no hay duda que después de haber dejado atrás la ciudad de Lima, la flora peruana se muestra más rica o más variada. No hay árbol ni arbusto vigoroso que den sombra en los alrededores del Callao; y los lugares húmedos de la llanura presenté\n, en efecto, sólo de trecho en trecho setos formados por un pequeño arbusto de la fa– milia de los synantéreos, de hoja blanquecina, que crece junto al agua. Las concavidades o charcas están revestidas de sagitarios, de samoles, de calceolarias y especialmente de una pequeña urticula– ria, con una escasa pulgada de altura, y sobre todo de pistia stra– tiostes. Los lugares un poco secos nos han mostrado diversas plan– tas que se han adaptado probablemente en ellos, tales como la alfal– fa cultivada, la verbena officinalis, datura stramonium. No lejos de Bellavista comienza un género de soto compuesto de espinos: allí crecen algunos vegetales más interesantes, dos especies de senstivas, heliotropos, un cestrum, solanums, y especialmente una gramínea
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