Relaciones de viajeros

RELACIONES DE VIAJEROS 389 Europa. ¡Cuántas ganancias procura a los armadores de estas na– ciones la caza de las focas y de las nutrias en la tierras de los Es– tados, las islas Campbell, Macquarie y Nueva Zelandía! ¡Mas qué grandes fuentes de riquezas la de los cachalotes en los mares del Sur, cuando se piensa que el capitán tiene en la partija el doceavo del cargamento, el segundo el veinticuatroavo, el tercer oficial un cuarentidosavo; y los patrones un ciento diezavo; y que, por úl– timo, los marineros tienen hasta ciento treinta luises de sueldo por cada campaña!. .. La tonelada de esperma-ceti se vende en Europa en casi 900 piastras ( 4.500 francos), y la tonelada de aceite de foca, en 35 piastras!. .. Pero aparte de las enormes ganancias que sacan de ellos los armadores, ¿qué ventajas no ofrecerán las largas nave– gaciones para proveer al Estado marinos experimentados e intré– pidos, verdaderos hombres de mar? La corbeta "La Coquille" había tenido por objeto, al fondear en Paita, procurar una estación al capitán para que haga observa– ciones relativas al Ecuador magnético. Esperábamos, asimismo, que allí encontraríamos algunos de estos medios de aprovisionamiento tan preciosos en el mar. Fue preciso contentarse con embarcar al– gunos quintales de guisantes y de judías secas, por las que se nos hizo pagar 35 francos las cien libras; pero no sin dificultad y a peso de oro es que obtuvimos carne fresca de cordero, algunas aves, lo que era llevado por barcas desde los pequeños puertos del contorno. Algunos costeros han establecido comunicaciones con Guayaquil, siendo por este medio que uno se provee de algunas naranjas, li– mones y cocos. La caña de azúcar se cultiva en los valles interio· res, más allá de Colán. Se elabora un rum de calidad mediocre: esta parte de la costa, regada por arroyos, es fértil, natural– mente, por lo que se encuentran allí jardines, donde han tomado carta de ciudadanía algunos árboles frutales europeos, como por ejemplo, la viña, la higuera, los granados, los naranjos: junto a es– tos frutos de nuestros climas, y en los mismos vergeles, maauran los plátanos fundentes, los carasoles, las guayabas, los higos churn· bos, las papayas y las ciruelas, que son una especie de azufaifos dulzones y sosos, de piel anaranjada, que yo no he vuelto a encon– trar en ninguna parte. La orilla de las aguas se parece, pues, a un oasis, mientras que el país ofrece por todas partes una espantosa desnudez. Pero sobre estas arenas sin humus y muy recalentadas, vegetan con predilección las calabazas y sandías. Gracias a ello es que se alimenta en Paita a los pocos caballos que uno encuentra allí. Algunas hierbas, tostadas por otra parte durante díez meses del año, no procuran nada de forraje, por lo que se reemplaza a estas

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