Relaciones de viajeros
RELACIONES DE VIAJEROS Refran: Avanzad, avanzad, colombianos Con las armas al hombro, avanzad; Acabemos de dar a la patria Dicha, gloria, esplendor, libertad Que la España pretenda aligamos a su rey, a su ley sin razón, Es delirio porque somos libres Y formamos una gran nación. Avanzad, etc. El que quisiese ser libre que aprenda Que en Colombia se dicta la ley: Ahí se matan a todos los godos, Se aborrece el nombre del rey. Avanzad, etc. 393 Bajo la influencia de una temperatura constantemente eleva– da, de una contínua sequedad, en un país completamente despro·· visto de vegetales, los temperamentos deben de estar sometidos a una serie de influencias locales que los modifican, y que no se ob– servan en otros puntos de la costa, o en los mismos paralelos. Los habitantes no salen de día sino lo menos posible de sus casas: permanecen recostados en las hamacas o tendidos sobre es– teras, en una absoluta inacción. Por este medio, las muj eres ad– quieren un estado de notable obesidad, que se mantiene por la costumbre de los repetidos baños calientes y el uso del chocolate como alimento principal. Tienen ellas también la costumbre de de– pilarse completamente; la afición a fumar tabaco deteriora sus dientes, siendo muy pocas las señoritas que los tienen blancos e intactos. Las mestizas y las negras, el esmalte de cuyos dientes es por lo general tan puro en todas partes, acaban por verlos corroí– dos a causa del abuso del cigarro. La mayor parte de las damas tienen cauterios en los brazos, a los que les llaman fuentes, siendo este exutorio una especie de medio profiláctico para arrostrar las afecciones pulmonares. Allí son tan comunes las leucorreas como tenaces por su naturaleza. La moda que les prescribe vestidos es– cotados, las transpiraciones abundantes, la costumbre de respirar todas las tardes el fresto hasta medianoche, en el umbral de la ca-
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