Relaciones de viajeros

RELACIONES DE VIAJEROS 401 Los fous, los noddis, sternes, la frégate de rápidas alas como flechas y de ojo avizor, de voz ronca, son el terror de los peces. Ellos pueblan las playas que quedarían inanimadas sin ellas. Algu– nos corlieux, de grito triste y monótono, los oedicnémes, y el ho– rroroso tántalo de monstruoso pico, visitan solitariamente las cale– tas y las playas, en las que se destaca a veces el blanco plumaje de una garza de largo cuello. Finalmente, en los pequeños lagos de aguas salobres que existen en varios sitios de la costa, escintilaban las alas rojas del flamenco de los españoles, que no viene a ser diferente de la bella spatula aiaia de los naturalistas. La bahía de Paita no es muy abundante en peces, y aunque las largas playas inclinadas que la rodean sean muy apropiadas para pescar, no llegamos a coger sino una especie de pez muy pequeño, con la que hubiéramos podido cargar nuestras embarcaciones, pero cuya calidad era más que mediocre. Las riveras están llenas de conchas que van acumulándose allí por las olas, y la mayor parte de estos fragmentos son idénticos a los restos fósiles que se encuentran en los contornos. Las es– pecies más notables son: la bella Venus o concha Juno.nis, a la que los habitantes llaman tirana de Colán, y cuyas valvas usan ellos por superstición para curar las inflamaciones de las parótidas, los tonnes, la natice glauca, la colombella, los pirulos, las volutas, las ostras hojas, los solens, las pholades, los policipes, etc. Hay numerosos crustáceos que comprueban la fecundidad, en este género, de esta parte del Perú, tales como los hippes, los maia, los cangrejos, squilles; y los zoofitos tales como la asteria helianto, los holotúridos, las actinias de toda clase y de todo color, todos los que viven allí, próximos al Ecuador playas bañadas por el inmenso mar Pacífico.

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