Relaciones de viajeros

RELACIONES DE VIAJEROS 415 fy•41 , aqÜel lejano y afamado Upas de la India que hacía esperar la muer– te instantánea al viajero temerario que se aproximase a él a la dis– tancia de 5 mHlas y cuyas cercanías estaban cubiertas de cadáve– res de animales, reptiles, pájaros e insectos que se habían aventu– rado a ingresar a la esfera de su contagiosa influencia. Pero ¿al– guien ha escuchado alguna vez del árbol de ostras, de un árbol que en vez de frutas tiene ostras? No, no se asuste caballero lector. Es– te brazo del río principal del cual he estado hablando, está tan cu– bierto con árboles y maleza, que impiden pasar los rayos del sol. Las ramas de estos árboles , así como las de los sauces llorones que crecen hacia abajo están en parte sumergidos en el agua y ofrecen un curioso espectáculo los miles de ostras que se adhie– ren a ellas y son suspendidas sobre el agua varios pies cuando baja la marea. Cargamos dos barcadas de estos mariscos que, aun– que de tamaño menor, podían competir con las de Chesapeake. Los mujeres pueden llegar a ser marineros en la costa del Perú donde sopla constantemente una brisa agradable que viene del sur. La lluvia en este lugar es poco común. El cielo de Perú está gene– ralmente nublado y la niebla atenúa la intensidad del calor.

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