Relaciones de viajeros

446 ESTUARDO NU&EZ dor, y apenas nos vio en la plazuela de la entrada, cuando nos salió a recibir a la puerta, y dándome la mano me dijo que se ale– graba de que hubiéramos sido más puntuales que el día anterior. Se quejó de estar algo indispuesto y habló poco al almuerzo, aunque estuvo sumamente atento y cortés en la mesa con su oficiales. A la comida no asistió, y los oficiales de su servidumbre no estuvie– ron sentados mucho tiempo después que quitaron los manteles. Yo pasé Ja tarde con el General Miller y el General Necochea, hijo de Buenos Aires y comandante de la caballería del ejército com– binado. En compañía de ellos fui á ver al General O'Higgins, ex– presidente de Chile y comandante nombrado de una división del ejército. Un mapa del país se tendió sobre una mesa grande que tenían delante, y se discutió el plan de operaciones. Evidentemen– te se acercaba la crisis en que debía decidirse la suerte de uno de los ejércitos, y era tanto más interesante, cuanto que por la ca– lidad del terreno y el estado de los caminos era imposible que se escapasen los vencidos. La mañana siguiente volvimos a almorzar con el Liberta· dor. Luego que nos vio en el patio salió a la puerta que daba a él a recibirnos. Nos dio la mano, dijo que estaba mejor, y me invitó á mí á sentarme en su despacho. En el extremo del cuarto estaba un altar con velas encendidas como suele haber en las casas de los cátolicos. Apuntando hacia él, dijo: "supongo que V. no va a misa". Yo le respondí que aunque no era católico, algunas veces la oía es– tando en países católicos. "¿Cual es su religión de V.?'' me dijo. Yo le respondí que la Protestante. Entonces continuó: "la reli– gión depende en gran manera de la moda''. Yo le pregunté luego, si era tolerada en Colombia la religión Protestante. "Cuando se formó la constitución de Colombia", respondió, "conociendo que no sería "admitida la tolerancia de ninguna otra religión más que la cató– "lica, puse yo cuidado en que no se dijese nada sobre religión, de "manera que como no hay una cláusula que prescriba la forma de "culto, los extranjeros adoran-a Di0s como les parece. El pueblo de "Colombia no se halla preparado todavía para ningún cambio en "materia de religión. Los sacerdotes tienen una grande influencia "con las gentes ignorantes. La libertad de religión debe ser conse– "cuencia de las instituciones libres y de un sistema de educación "general. Yo he hecho establecer el sistema lancasteriano en toda "Colombia, y eso sólo hará a la generación venidera muy superior "a la presente''. En estos iba, cuando fue interrumpido por tres religiosos que habían venido a cumplimentarle: él los recibió cortesmente, y estu-

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