Relaciones de viajeros

RELACIONES DE VIAJEROS 461 ción, que el fuerte de la Aguada del Inglés fue tomado antes que la guar– nición tuviese tiempo de dar la alarma. Luego se atacó y se tomó San Carlos, mientras la guarnición escapaba protegida por la obscuridad a Chorocomayo Alto. La persecución en la obscuridad fue tan rápida que los conquistadores entraban en los fuertes sucesivos en forma desorde– nada; éstos se abrían para dejar entrar a los españoles, que pedían a grL tos ser recibidos por sus camaradas. Así fueron tomados los fuertes de Aguada del Inglés, San Carlos, Amargos, los dos Chorocomayos y Casti– llo de Coral, todos antes de media noche. Lord Cochrane trajo su barco a la bahía al día siguiente, bajo fuego cerrado del enemigo, y lo ancló de– lante de Niebla, mientras al mismo tiempo embarcaba a los militares por el lado opuesto en botes, para desembarcarlos en dos divisiones: una para atacar Niebla y Pioja, la otra para capturar Manzanera; las guarniciones aterrorizadas al ver las banderas patriotas en las fortalezas del lado opuesto, y viendo que el O'Higgins bajaba sus portillas para abrir fuego , y viendo las tropas patriotas que se acercaban, abandonaron sus cañones precipitadamente para dirigirse a la ciudad, dejando los fuertes en mano de las tropas victoriosas. Así, con solo un barco y con menos de la mitad de las tropas-guarnición de estos fuertes, el valiente, airoso y certero marino capturó el puerto de Valdivia; solo perdió siete hombres y tuvo dicinueve heridos. En los fuertes capturó al comandante, coronel Ho– yos, a cinco oficiales de mayor grado y otros setentiseis oficiales subalter– nos y soldados rasos, más la pérdida de parte del enemigo de tres ofi– ciales y diez soldados muertos y de veintiun heridos. Esta es una de las mas espléndidas hazañas en los anales de la historia. Todas las fuerzas militares de los españoles cayeron en sus manos, entre ellas más de mil quintales de pólvora, 10,000 balas de cañón, de las cuales 2.500 eran de bronce, 170,000 perdigones de mosquete, mas otras provisiones en proporción con éstas. Las tropas, incluso los que habían escapado de las baterías del sur durante la noche, tanto como los que habían esca– pado del norte, se retiraron, consternados, al pueblo de Valdivia, donde Lord Cochrane los siguió a la cabeza de soldados, marineros e infantes de marina: se dirigió a la plaza, en el centro de la cual plantó la insig– nia independíente de Chile con sus propias manos: aquí no encontró la menor oposición, pues los aterrados españoles se habían refugiado en los bosques entre los indios. Habiendo arreglado los asuntos de gobier– no del pueblo, dejando las tropas en la guarnición y el O'Higgins para ponerse al pairo en la bahía de Coral para entrar en reparación de les terribles daños sufridos en Talcahuano, regresó a Valparaíso en la pe– queña goleta Montezuma, con solo una colisa y una bandera en su úni– co mástil. Al regreso de Lord Cochrane, en vez de ser saludado por el gobier– no por los servicios que había rendido, se le molestó en toda forma; 1 ministro de guerra declaró que en vez de recompensársele merecía per– der la vida en aquella hazaña, pues había sido cosa de loco el hacer– la!!! Este ministro urdió intrigas secretamente, el objeto de la cuale era degradar al almirante y empañar la gloria que u brillante n 'i– cios habían merecido. El origen de esto fue el crit río má tr cho, la envidia y los más indignos prejuicios. i iquiera e le dió la gracia por su espléndida proeza, hasta que por u propia ini iati a al ha-

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