Relaciones de viajeros
472 BSTUARDO NU&EZ de los ejér citos del Perú, Buenos Aires y Colombia. El general Bo– lívar era muy afable en todas estas tertulias, y con frecuencia me pedía que regresara al ejército colombiano, pero como yo prefe– ría el carácter de los chilenos me negaba; a pesar de esto me tra– taba con cordialidad y amistad muy notables, y en vista de mis servicios anteriores me recomendó al general Guido y a otros. En seguida narraré los lamentables sucesos que fueron la cau– sa de que los patriotas solicitaran la ayuda del general Bolívar, pa· ra que lo que habían obtenido a fuerza de tantos sacrificios no les fuera arrebatado por los españoles, o aún peor, por algunos ame– ricanos desnaturalizados que todavía eran fieles a su causa. La 'Junta Gubernativa que gobernaba Lima tras la abdicación del general San Martín, sólo se mantuvo en su oficio por cinco meses y unos días, pues el 26 de Febrero de 1823 fueron depuestos por el general Santa Cruz, a la cabeza de un movimiento militar que obligó al soberano congreso a elegir a Don José de la Riva Agüero presidente del Perú. Como se había acusado a la Junta de apatía, indecisión y deslealtad, la nueva administración determinó actuar con energía, dando satisfacción al comienzo para establecer el crédito del gobierno, y obtener la cooperación de los mercaderes autóctonos y extranjeros, lo mismo que obtener un préstamo de Inglaterra. El general Santa Cruz fue nombrado comandante en jefe del ejército pemano, y zarpó con una expedición de aproxi– madamente 5,000 hombres al sur del Perú, para atraer la atención de los españoles hacia el sur del país y lejos de la capital; a pesar de lo cual el ejército español de 9,000 hombres, bajo el general Canterac, invadió Lima y cercó las for talezas del Callao. De poco hubieran servido los esfuerzos de Chile y Buenos Aires para liberar al Perú si el campeón de la libertad, general Bolívar no hubiera estado a mano, pues , previendo que los españoles ganarían terreno en el Perú, generosamente mandó una división de su ejército, con uno de sus mejores generales (Sucre), quien llegó a tiempo de asegurarse de una de las fortalezas del Callao. El general Bolívar acababa de sellar la independencia de Co– lombia en la base del Chimborazo, pues la última división de los españoles había sido derrotada, capturada a muerte el 24 de Mayo de 1822 en Pichincha, en cuya batalla se habían distinguido una di– visión de peruanos bajo el coronel Santa Cruz, y otra de Buenos Aires bajo el c0-ronel Lavalle. Ante la llegada Clel general Canterac el presidente, el soberano Congreso y otros empleados, como también aquellos adictos a la causa, huyeron todos al Callao , el 17 y 18 de Junio, tras de nom-
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