Relaciones de viajeros

RELACIONES DE VIAJEROS 39 bargo, me siento feliz de poder decir, que no era correcto: no ha– bían destruído ningún edificio. Habían destruído la maquinaria de la Casa de la Moneda; y se habían llevado o destruído todas las máquinas para imprimir y los tipos de la prensa, donde pudieron echar mano. La prensa y los tipos del Gobierno, no fueron tocados, porque fueron llevados al Callao a tiempo; una o dos de las prensas particulares fueron salvadas, por haber sido escondidas en el momento oportuno, al mismo tiempo en que se llevaban las otras. Supongo que habrá leído en la descripción de esta ciudad, que las iglesias son inmensamente ricas en plata. No obstante, le aseguro que éste no es el caso ahora; en este momento están completamente despojadas de toda su anterior grandeza. El Go– bierno independiente dio órdenes en diferentes épocas, las que fueron cumplidas, de que se sacara buenas cantidades de plata de las iglesias, y que se llevaran a la Casa de la Moneda. Hace unas semanas, cuando se retiraban de la ciudad por la proximidad del enemigo, toda la plata que pudieron sacar de las iglesias, fue llevada al castillo del Callao para evitar que cayera en manos de los españoles . Fue una buena previsión, puesto que el enemigo se llevó todo lo que había quedado en las iglesias, y, de esta manera, las dejaron enteramente desnudas de todo ador– no. El otro día, un sacerdote me decía, que había llegado el mo,. mento en que Dios escogía el ser servido con menos esplendor y más humildad. La observación fue buena y yo deseo que, verda– deramente, llegara el momento en que los defensores de estos prin– cipios, dejaran a un lado su propia riqueza, fueran de gran recti– tud en todo sentido, y se vistieran con la honradez de Cristo y verdadera humildad. Confío en que esta época esté llegando aunque no tan rápido como desearíamos. Sin embargo, el Señor la hará llegar en el mo– mento oportuno. En nuestra impaciencia, generalmente deseamos hacer las cosas, saltando a nuestro objetivo; en otras palabras, lo– grando nuestra idea en un momento, de una sola vez. Con todo, ésta no es la forma en que el Todopoderoso ha establecido las co– sas. El final de algo, nos dice, puede ganarse y será ganado, pero sólo puede ser utilizando determinados medios, y con la constan– te perseverancia en las acciones. El ejército español ha marchado a Arequipa, a lo largo de la costa. La primera división bajo las órdenes del General Valdés ya está a corta distancia, pero la segunda división al mando de

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