Relaciones de viajeros
58 ESTUARDO NU&EZ sala de clase, que puede contener convenientemente a unos 300 niños, y otra sala de clase al lado, para unos 200 niños más. Tam– bién hay varias salas más, muy a propósito para alojamiento pa– ra maestros que estén estudiando el sistema, y hay otra adapta– ble para la oficina de imprenta, etc., etc.. Los apartamientos que ocupaba el rector de la escuela, han pasado a ser mi alojamiento, para la mayor parte del tiempo que yo he estado en Lima. Además de las salas mencionadas, que se conectan unas a otras, tenemos un gran salón, adaptado final– mente, para la escuela de niñas, con cuartos para la maestra y sus asistentes. Esto está completamente separado de la parte mencio– nada anteriormente, aunque eri el mismo edificio; son distintos lugares, con entradas separadas al alcance de fusil unos de otros. La escuela de niños, contiene, hasta el momento, 230 alumno , y hemos estado hablando, a menudo, de la iniciación de la escue– la para niñas, ya que es algo que se desea mucho en este lugar Pero debido al infeliz estado de cosas de los asuntos públicos en este lugar y al tiempo que ha tomado, nada se ha hecho sobre es– to todavía. Por la descripción que le he hecho sobre el edificio que ocu– pamos, y por el destino que tenía anteriormente, Ud . podrá, na turalmente, suponer que los frailes se dieron por vencidos de mala gana, aunque sin quejarse, y que ellos tendrían todavía la esperanza de que, si se presentara una oportunidad favorable, po– drían reclamarlo. He sabido, que cuando los españoles estuvieron en poses]ón de esta ciudad en junio último, los frailes habían resuelto, hacer el pedido al Gobierno sobre este asunto, pero el corto tiempo q1-le los españoles estuvieron en la ciudad, no les dio la oportunidad de llevar a cabo su idea. En el momento, parece que los españoles han tomado una mayor y permanente posesión del lugar, con la intención de que– darse por algún tiempo, cosa que podrían hacer, por el hecho de poseer la fortaleza del Callao. De esta manera, estábamos en ma– yor peligro que nunca de perder nuestra escuela, y, según fui in– formado, se había presentado la solicitud para tal efecto, al Ge– neral Monet, comandante de la división de esta región. Por lo que dije anteriormente, Ud. verá la feliz resolución del General a nuestro favor. Cuando le describí el colegio, debí mencionar que hay una iglesia como parte de él, tal como tienen todos los colegios acá. La iglesia y el patio al lado, están separados por una pared del
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