Relaciones de viajeros
64 ~stuAR.M NtJ&EZ ser interesantes en muchos casos, pero, hablando en general, las preguntas y respuestas están tan cerca de lo que podríamos espe– rar bajo tales circunstancias, que de ello se deriva muy poco de lo que se llamaría una información fundada. Además, entiendo que Ud. imprime algunas de mis cartas y por tales circunstancias, hay que tener mucha delicadeza y pre– caución, muy especialmente porque yo no he visto nunca los rela– tos impresos, y por lo tanto, me siento incapaz de poder ju~gar la libertad de ideas de Ud. al respecto. Espero que al hacer la se– lección para la imprenta, sea Ud. tan sabio como las serpientes y tan inocente como las palomas . Ahora le explicaré detalladamente la conversación que tuve, hace algunos días, con un amigo íntimo, sobre el tema de la reli– gión, muy especialmente, sobre la controversia entre la religión Católica y la Protestante. El señor con quien tuve la conversación, es un hombre de educación superior y de talento, y tiene un pues– to importante en uno de nuestros colegios. Nos conocimos desde mi llegada a esta ciudad; nos hemos visitado el uno al otro, ocasionalmente, durante ese tiempo, y hemos conversado sobre temas religiosos, pero siempre sobre esos temas en que estábamos de acuerdo. Hace unos días recibí su visita, y casi inmediatamente, entra– mos a discutir sobre algunos puntos de la religión Católica. Yo tenía sobre la mesa una de las bulas pontificias que un joven me había traído hace uno o dos días, cuando le dije que quería ver– las. Le pregunté a mi amigo que dónde podría obtener un juego de estas bulas, ya que deseaba ver cada una de ellas para poder darme cuenta de su naturaleza y de lo que prometían a las personas que las compraran. Después que me informó .dónde podría encontrarlas, le dije que yo entendía, que todos los que compraran una de estas bulas a un precio determinado, es decir, ocho dólares y medio, estaban seguros que podían salir del purgatorio a los dos o tres días de haber muerto. El me contestó que así era. ¿Cree Ud., dije, que el Papa puede perdonar los pecados del hombre, y los hombres pue– den obtener el perdón de sus pecados, por el hecho de gastar una suma de dinero en la compra de esta bula? Dijo que creía que se podría obtener el perdón de los pecados en la forma menciona– da, y que el Papa tenía tal autoridad en virtud de ser el suGesor del príncipe de los apóstoles, a quien Jesucristo le había entrega– do las llaves del reino de los cielos, y el poder de perdonar o no los pecados del hombre.
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