Relaciones de viajeros
180 ESTUARDO NU~EZ sores y miembros. El rector publicó los temas y una relación de los diferentes premios, consistentes de piezas de plata. El día señalado, el claustro y los salones de la Universidad fueron adornados con espléndida magnificencia; en los pilares y paredes se colgaron divi– sas; emblemas y escudos que contenían inscripciones poéticas en latín y en español. A la entrada del virrey, éste fue conducido a una silla rectoral, ornamentada para la ocasión, que con el dosel, almohadillas y sobremesa tenía magnífica apariencia. El rector tomó ·asiento opuesto al de su Excelencia y de manera formal expresó la satisfacción que la universidad experimentaba con la presencia de su vice-patrón, con más lisonja y más adulación que jamás haya recibido hombre alguno. Varios de los profesores que estaban pró~ ximos se dirigieron a él en discursos tan retóricos como agotadores que también pronunciaron la mayoría de los catedráticos; después ·de lo cual el rector presentó a Pezuela en una bandeja de plata de -gran valor, cuatro nombramientos para el grado de doctor, los cua- les tenía el privilegio de entregarlos a cualquiera de sus protegidos, con la certeza de que en su examen no solamente pasarían por sus nombramientos sino que serían excusados del pago de honorarios, que importaban alrededor de mil dólares por cada diploma. El vi– rrey fue luego conducido a la biblioteca, donde se ofreció un gran -banquete a él y su comitiva, después del cual se retiró a su palacio. En la noche hubo una espléndida reunión y refrescos. Al día si– guiente, la bandeja que costaba dos mil dólares, fue presentada al virrey, con los nombramientos, por dos delegados de la Universidad. Pocos días después, el rector presentó al virrey copia impresa de los discursos y poesía, etc., presentándose elegantemente vestido y · cubierto con un uniforme escarlata con pendientes de oro y otros ornamentos. Los colegios y conventos tuvieron días similares de concursos poéticos y cada cual presentó a su Excelencia copia ornamentada de sus efusiones. La adulación en estos casos no eonocía límites. Todos los pre– mios de los concursos fueron firmados con los nombres de los diferentes individuos pertenecientes a la familia del virrey; de ma– nera que todos los premios, siendo como he dicho, piezas de plata, que valían tanto por el metal como por la mano de obra, se envia– ron al palacio.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx