Relaciones de viajeros

LAS FRUTAS EN LOS JARDINES DE LIMA.-PLATOS PARTICULA– RES O ARTE DE COCINAR.-CHUÑO, PAPAS SECAS.- CHOCHO– CA.-MAIZ HUMEDO.- CARNES.- DULCES.- COMIDAS.– ENFERMEDADES.- OBSERVACIONES MEDICAS.- EN EL COMERCIO DE LIMA.- ESPECULACIONES PRODUCTIVAS. (*) El sur y el este de Lima están cubiertos con jardines y huertos que ofrecen las más deliciosas frutas, tanto tropicales como equinoc– ciales; hacia el este hay varias huertas dentro de las murallas, pero un gran número de ellas están en las afueras. Entre las frutas cono– cidas en los huertos europeos y producidas en Lima con gran pr'1- fusión se encuentran diversas variedades de uvas, ya que las leyes coloniales de España no han prohibido la industria del vino en el Pe– rú y en Chile, como lo han hecho en Méjico y Nueva Granada. Los olivos crecen en gran abundancia y las aceitunas de calidad excelente; no son recogidas -como en Francia- mientras que son pequeñas y verdes y están en el árbol, sino que son dejadas en éste hasta que maduran y son luego puestas en agua y sal; otras son exprimidas y se– cadas, hasta que toman la apariencia de guindones. El aceite se hace en considerables cantidades, pero no es tan fino como el aceite fran– cés o italiano. El primer olivo fue traído al Perú en el año 1560 por Don Antonio de Ribera, nativo de Lima. Las manzanas y las peras prosperan bastante bien, pero pienso que son muchas las variedades que se cultivan. Los melocotones y duraznos se dan bien y de los pri– meros hay muchas variedades, y algunos llamados aurimelos y pris– cos son muy delicados. Las nectarianas, melones y cerezas son esca– sos, y sólo pueden ser encontrados en pocos lugares; los he visto en las propiedades de don Pedro de la Presa, que creó en las afueras de la ciudad el más magnífico jardín y huerto en los suburbios de San Lázaro, aparte de lo cual construyó una quinta, gastando en ambas más de doscientos cincuenta mil dólares; uno de los jardines se lla– ma "Don Jaime", y el otro está en Miraflores. Las uvas crespas o gro– sellas no las vi en ninguna parte de Sud-América, exceptuando algu- (*) Corresponde al Capítulo XIV del tomo I de la edición original in. glesa.

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