Relaciones de viajeros
SALIDA DE POTOSI.- GRANDIOSO PAISAJE MONTAÑOSO.– FRIO INTENSO.- BELLO ASPECTO DE UNA TORMENTA AN– DINA.- SEGUNDA TORMENTA.- FORMA SINGULAR DE LAS MONTAÑAS.- LLEGADA A UN PUEBLO INDIO.- MARCHA NOCTURNA POR UN ARENAL.- PUEBLO DE ANDAMARCA.– ENCUENTRO CON UN ARRIERO QUE IBA A TACNA.- SEPUL– CROS DE UNA RAZA PERDIDA.- OBLIGADOS A DEJAR ATRAS NUESTRAS MULAS.- RESIDENCIA INDIA.- COSAPILLA.– FRIO Y CALOR EXTREMOS.- LLEGADA A UN PUEBLITO INDIO.- DESCANSO EN TACNA.- PRODUCCIONES VEGE- TALES, ETC. (*) Antes de dejar Potosí, me despedí del gobernador y del servicial Ibarquin, a cuya familia me sentía muy obligado. Era el hombre más desinteresado, pues aun necesitándola, apenas pude hacerle aceptar remuneración del hospedaje; en efecto, literalmente le for– cé a tomarla; había de cierto más virtud en este viejo yizcaíno que en miles de sudamericanos nativos. Nuestro compañero de viaje había partido antes que nosotros en la primera etapa, con su tro– pa de mulas. Salimos por la mañana temprano del 17 de noviem– bre para alcanzarle. Después de adelantar algún camino y mirando atrás tuve la no escasa satisfacción de ver el cerro de Potosí a dos leguas en línea recta, aunque nos había costado siete situarlo así por el más tortuoso camino desierto. Nos detuvimos en un pedregoso valle árido, y tomamos algún refrigerio junto a un arroyito, respi– rando al menos aire más puro. Pasamos la noche en un mísero rancho donde poco dormí, habiéndose escapado las mulas del co– rral y extraviado. Después de mucho trabajo y regalar un duro a nuestro posadero indio, proseguimos detrás de nuestro amigo, el comerciante. Este indio poseía un rebaño de la clase más magní– fica de llamas; el resto de su propeidad, terreno y todo, no valía dos peniques. Hicimos tres leguas de camino pedregoso, un tercio del cmü era por una quebrada de solamente veinte pies de ancho, con montañas (*) Corresponde al cap. XIV.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx