Relaciones de viajeros
RELACIONES DE VIAJEROS 329 El mismo día, el marqués de Torre Tagle publicó un manifiesto sobre el mismo asunto; exhortaba a los habitantes a defenderse y a prepararse a todos los sacrificios para conservar su libertad. Los dos jefes supremos publicaron el 13 otra proclama dirigida a los habitantes del interior, para asegurarles que la pérdida de la división llamada pomposamente, hacía pocos días, el ejército liber– tador del Sur, no podía ser de ningún peso en la balanza del destino del Perú. "La Providencia -decían- nos protege de la manera más especial, y hará de esta acción un medio de acelerar la ruina de los enemigos del Pen.'t. Orgullosos de su victoria, nos ahorrarán en parte el tiempo que hubiera sido preciso emplear en buscarlos. No temáis nada: el ejército que pudo dos veces rechazarlos lejos de la capital, está dispuesto a castigarlos una tercera, y a castigarlos para siem– pre". Si la acción se hubiera verificado a gran distancia de la capital, la verdad habría podido permanecer oculta algún tiempo; pero pron– to se supo a qué atenerse exactamente, por los pocos que escaparon, a los que hubo que reunir en seguida y mandarlos al Callao, para evitar en todo lo posible la circulación de la enojosa verdad. En la noche del 7 de Abril, los españoles, a las órdenes de Can– terac y de Carratalá, avanzaron sobre los americanos mandados por Tristán; y por no haber empleado en esta ocasión las precauciones más sencillas y corrientes, fueron completamente envueltos. Al ama– necer, toda la división cayó en poder del enemigo, a excepción del general, de una parte de su estado mayor y de algunos oficiales. Las pérdidas del ejército libertador fueron de unos dos mil hom– bres muertos o hechos prisioneros, de 5.000 mosquetes, de la caja militar, conteniendo unos cien mil dólares, de municiones, bagajes, prensas de imprenta y todos los correspondientes utensilios. A pe– sar de esto, se decía "que los españoles ignoran que la balanza del Poder está en nuestras manos, porque la Providencia está por noS– otros, que la opinjón y la fuerza se reunen en favor del Perú, qlle será libre porque quiere serlo y es tiempo de que lo sea". El 24 de Abril se publicó un decreto contra los españoles resi– dentes en Lima, imponiendo la pena de destierro y confiscación de bienes a los que se presentaran en las calles con capa; pena de con– fiscación y destierro a los que se hallasen en conversación particular en número mayor de dos; la de muerte contra los que estuvieran fuera de sus casas después de la puesta del sol, y la de confiscación y muerte contra los que poseyeran armas de cualquier género, ex– cepto las del servicio de mesa. Tal era el estado de los asuntos del Perú cuando lord Cochrane
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