Relaciones de viajeros
RELACIONES DE VIAJEROS 37 da" y "Venganza", aparejadas como baterías flotantes. Luego se estableció bloqueo del puerto, y el lord Cochrane zarpó para el nor– te, apoderándose de Paita, Supe y otras dependencias marítimas del virreinato. El almirante Blanco que había quedado a cargo del bloqueo, necesitando provisiones regresó a Chile, por lo que se le sometió a un consejo de guerra y fue absuelto. Se intentó una segunda expedición contra el Callao. Salió el 12 de septiembre, 1819. Ahora se emplearon cohetes a la congreve, pero fallaron por algún defecto del material que se supuso ideado por los obreros españoles que trabajaban en el arsenal. Se hizo entonces un valiente pero desgraciado asalto, y después una diver– sión mediante algunas tropas mandadas por el coronel Charles, ami– go y compañero de sir Roberto Wilson, en la carrera de la gloria. Este bravo oficial con su fuerza en el "Lautaro", capitán Guise, y otro barco, siguió para Pisco, donde desembarcó y capturó la plaza; pero pagó con su vida este éxito, y el mayor Miller fue herido en la mano y el hígado. La escuadra volvió para Valparaíso otra vez, y su señoría zarpó de nuevo para el norte, en la esperanza de caer sobre la fra– gata "Prueba" único barco remanente de la escuadra de Cádiz últimamente enviada. La encontró en Guayaquil, con cañones y pro– visiones sacados y aligerada como para remontar el río fuera de su alcance. Tuvo éxito sin embargo, en capturar algunos buques va– liosos, cargados con la madera, por la que aquel lugar es notable. Desazonado y no habiendo conseguido tanto como deseaba, aunque más que lo que cualquier otro hubiera hecho en sus circunstancias, se presentó de regreso en Concepción. Allí conferenció con el gene– ral Freyre, gobernador, de quien obtuvo una pequeña fuerzª com– puesta solamente de doscientos cincuenta oficiales y soldados. Con éstos su señoría realizó una de las más brillantes hazañas que se recuerden en los anales navales de cualquier país, capturando Valdivia, Gibraltar del Pacífico. La partida atacante fue encabezada por los mayores Buchet y Miller. A esta hazaña siguió un ataque so– bre Chiloé, donde el valiente Miller fue herido otra vez. Esta parte de la expedición fracasó, simplemente por falta de fuerza suficiente, defendiéndose el pueblo de la isla con su valor característico. Poco después de esto, a principios de 1820, el lord Cochrane regresó a Valparaíso, y así terminó lo que se llamaría su segunda expedición. Nuevos esfuerzos navales y militares se hicieron luego con vi– gor nunca igualado en Chile, ayudados con la presencia del héroe de Chacabuco y Maypú. El 20 de Agosto estaban alistados cuatro mil doscientos .hombres. El general Arenales desembarcó en Pisco y des-
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