Relaciones de viajeros
RELACIONES DE VIAJEROS XVII ción de detalle que incluye el vestido de los personajes, el ambien– te del lugar y el momento que transcurre. La Fuente aparece co– mo "hombre de baja estatura con vestido sencillo, de apariencia poco saludable, dotado de una mirada suave e inteligente y mane– ras sencillas y modestas". Lucía uniforme militar "con chaqueta roja, con cuello y puños en azul, bordados en oro, pantalones ama– rillos de ante y botas de campo de marrueco negro". La mirada escudriñadora de Stewart y su perspicacia observa– dora no dejan escapar detalles por mínimos que sean, sin que por eso se descuide lo fundamental. Dedica Stewart al Perú 6 capítu– los que comprenden la descripción del Callao y el viaje a Lima, la audiencia ya mencionada con el Presidente Provisional del Perú, la fiesta de los Amancaes el 24 de junio, la visita al Museo, al local de la Inquisición y a algunas mansiones privadas, la visita al padre Arrieta y el estado del clero y de la 1glesia y finalmente su retor– no al Callao el 3 de julio para hacerse a la mar con rumbo a la Oceanía. En los pocos días de su estada, sorprende que haya logrado una imagen cabal y acertada de Lima y de sus gentes. Su madurez de criterio (pues se acercaba ya a los 50 años de edad) compensó en mucho la brevedad de la estada para lograr un cuadro tan anima– do y viviente de lo que era la capital del Perú en esos momentos. Como él mismo lo dice, perseguía lograr "un aspecto en miniatu– ra del Perú entero", y sin duda consiguió en parte su propósito. Tanto el relato de la visita al Palaciq como la descripción de la fiesta de Amancaes cons_tituyen verdaderos cromos de la vida li– meña, pintados con palabras ágiles y cultas. Se adivina en Stewart una afición a la pintura y a la poesía, por ciertas citas selectas y por el encanto natural, espontáneo y preciso en color y perfiles de sus relatos. Su acierto notable dentro de la descripción de los personajes, tanto en espíritu como en materia, como también en el enfoque y los contornos del paisaje y cosas que lo rodean, ame– ritan su obra como una de las más logradas entre las relaciones de viajes hechas hasta su época por autores norteamericanos. Mu– cho consigue con su capacidad de sugerencia y con la amplitud de criterio para interesarse en pers.onajes de alta clase como en mo– destos hombres del pueblo. Son páginas antológicas su visión de una limeña amazona que se dispone a partir hacia las pampas de Amancaes y en ese mismo lugar, el cómico desempeño de una ne– gra cabalgando un asno rebelde. Aunque los datos históricos que contiene la relación de Ste– wart adolecen de algunas inexactitudes, el cuadro general del país aparece nítido y sobre todo, lo distinguen sus escenas en Lima y Callao, en lugares públicos o privados, en donde se esfuerza por en– trar en la entraña moral y psicológica de los hombres. Su libro es por todo eso, fuente invalorable para reconstruir aspectos olvida-
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