Relaciones de viajeros

242 ESTUARDO NU!'l'EZ Llegamos a Ourarinas cerca de la una de la tarde. El gober– nador no estaba presente, pero su padre nos informó que el dis– trito producía bálsamo capivi, zarzaparrilla, cera blanca de abejas, un poco de tabaco, yucas, plátanos y maíz; y que los habitantes pescaban lo suficiente para vivir de ello. No había ganado ni cer– dos que pertenecieran al pueblo, sino unas cuantas aves. Los ani– males salvajes comunes en la vecindad de los pueblos que había– mos pasado también se encontraban en Ourarinas. Hay un comercio ocasional que se desarrolla enviando bálsamo capivi a Moyobamba, a cambio de lo cual reciben tocuyo; y zar– zaparrilla a Tabatinga, de donde reciben cuchillos, hierro, telas de algodón y utensilios de cocina. El hierro vale cuatro reales la li– bra, y las planchas, cuatro reales cada una. El anciano no hablaba favorablemente del Intendente de Mo– yobamba; entre otras cosas, dijo que el Intendente daba a los in– dios sólo un peso por la arroba de zarzaparrilla, que además pa– gaba en cuchillos, etc. El bálsamo capivi, se vendía a cuatro onzas españolas el recipiente; la cera blanca de abejas, cuatro reales la libra. El pueblo constaba de casi veinte pequeños ranchos; y había los restos de un abandonado antiguo molino de azúcar. Consegui– mos como provisión algunos plátanos, algunas semillas para co– llares, y dos pieles, una de ardilla marrón con piernas coJoreadas y que los nativos llaman huihuash: y la otra de un coatí rojo, pa– gando por ambas con cuentas y anzuelos. Después de dejar Ourarinas, y salido del canal estrecho, en el banco en el cual se encuentra, el río está libre de islas; y cuando los indios remaban hacia el banco Sur tuve la oportunidad de pro– bar las diferencias de los sondeos al dejar la corriente. Eran de seis brazas la corriente cercana al banco izquierdo, 6, 5 1/2, 5, 4, 3 1/2, 3, manteniéndose a tres brazas dentro de la longitud prome– dio de un barco del banco derecho.

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