Relaciones de viajeros

8 ESTUARDO NU~EZ y navegó hacia la playa para tener la única satisfacción posible: la de intercambiar unos cuantos disparos con los Castillos, aun– que a una distancia prudente. Las balas de cañón se deslizaban muy visibles a lo largo de la superficie del agua, y no sufrió daño alguno ninguno de los lados. A modo de explicación, es necesario decir que Guise, antes jefe de la Armada Inglesa, fue nombrado Vice-almirante de la Escuadra Peruana, que consistía de la fra– gata Protector, el Macedonia, una goleta y uno o dos barcos de guerra más. Había declarado anteriormente toda la costa en es– tado de bloqueo, y antes del ataque del 10 llegó al puerto con su fragata y su goleta, y el bergantín Congreso, para reforzar en persona el bloqueo de este puerto con fuerza suficiente. Ante la presencia de Guise y su escuadrón, Rodil se puso muy celoso de todo barco inglés que deseara desembarcar su tripulación, y re– quirió al Capitán Maling que aceptara ciertas estipulaciones, co– mo el tiempo y forma de mantener comunicaciones, cuando nues– tros botes pudieran ser enviados por agua o provisiones. Tuvo lugar entonces una gran correspondencia entre Guise y el Capitán Maling, en la cual el primero se esforzó por convencer al Capitán Maling de la justicia de Ja manera en que quería reforzar el blo– queo, y pidió al Capitán Maling consentimiento de actuar contra algunos barcos ingleses que afirmaba estar en condición de ser capturados y condenados por infracción de bloqueo. La cuestión inmediata por discutir parecía ser sobre la dis– tancia a la que las embarcaciones tenían derecho a llegar sin in– currir en la pena de arresto, afirmando Guise que la zona prohi– bida era la que quedaba entre su anclaje y la orilla. El Capitán Maling, por otro lado, sostenía que el puerto sólo se podía enten– der como la distancia al alcance del fuego de los Castillos. Lord Stowell determinó como una máxima ley internacional, que si un bloqueo se anuncia para todas las costas cuando sólo hay fuerzas suficientes para mantenerlas a ciertos puntos de la línea de blo– queo, la notificación resulta nula, ya que para hacer válido un bloqueo, son necesarias una notificación previa y una fuerza efec– tiva. En este caso, la notificación fue dada en tiempo razonable, después del cual todas las embarcaciones se hacían acreedoras al arresto, pero como la fuerza eficiente se extendía sólo en algu– nos puntos de la línea, la notificación se invalidaba por lo tanto. Guise no se daba por enterado de este punto. Algunos barcos ha– bían sido notificados por Guise no obstante haber anclado cerca del Cambridge, ahora estacionado como a cuatro millas de la ori– lla. Guise se quejó alegando que era algo nunca oído que hubiera

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