Relaciones de viajeros

RELACIONES DE VIAJEROS 269 indios ciertamente habían bebido demasiada chicha y el que había estado en Quito y que difería en modales de los demás, pareció inclinado a averiguar hasta donde podía interferir con nosotros, pero descubriendo que su procedimiento no le resultaba, cambió de inmediato, llevó su mano a la cabeza y se volvió respetuoso. Pa– rece dudoso que esto fuera sólo un asunto de borrachera; si se debía a la orden del Intendente de recoger zarzaparrilla, o si qui– zás la persona de Quito no había asimilado la lección anterior, o quizás a todo en conjunto. El Gobernador de Pebas parecía superior en inteligencia y acti– vidad a todos los otros gobernadores que conocimos, y expresó su intención de llevar sus indios con lanzas envenenadas y pucunas para atacar a los amotinados en caso de que no se rindieran ante su presencia. De capturar al caballero de Quito, lo enviaría bajo guardia al Intendente de Moyobamba, como cabeza de la provincia. Después de enterarnos de estas ocurrencias empezamos a for– mular preguntas sobre su distrito al Gobernador de Pebas. Produ– ce cocoa, o como se llama aquí, cacao, zarzaparrilla, vainilla, cera de abejas blanca y negra, maíz, yucas, plátanos, camotes y papa– yas. Pero no hay ganado o cerdos que pertenezcan al pueblo, sólo ciertas aves. El río proporciona vacas marinas, tortugas, gavita– nas, súngaros y pacos. En los bosques hay tigres, dantas (que es otro nombre para el tapir), ciervos, roonsookas y monos blancos y negros. La cocoa crece silvestre y abundante; los granos o nue– ces son redondos pero no grandes, y su valor es de cuatro reales la arroba. La zarzaparrilla vale tres pesos la arroba, pagadera .en hachas y tocuyo, la vainilla se colecta en el mes de agosto, pro– viniendo la mayor parte de la nación Yagua que vive a unos tres días de jornada a pie al interior y que se les solicita cuando el intendente requiere vainilla. Se recolecta hasta media arroba al año, y su valor es de cuatro reales la libra. La cera de abejas blancas vale cuatro reales la libra, y la negra, un real la libra. En Pebas vimos dos tintes negros, uno llamado "uitilla", que se obtiene frotando la corteza de una fruta del tamaño de una nuez, con semillas en el interior y que abunda en la montaña, sacándole el jugo y mezclándolo con agua; este tinte se desvanece fácilmen– te porque no saben cómo fijarlo. El otro tinte se obtiene hirviendo las hojas de un árbol que también abunda en la montaña, se em– papa la tela que se desea teñir y luego la cubren con barro cerca de dos horas para fijarlo. El Gobernador nos mostró unos panta– lones teñidos de esta manera, y el color parece ser permanente. El pueblo de Pebas casi iguala al de Omaguas en tamaño, aun-

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