Relaciones de viajeros

RELACIONES DE VIAJEROS 273 Inmediatamente antes de Pebas, vimos un rebaño de roon– sookas trepando el costado del río, a la selva, desde el agua don– de probablemente estuvieron bebiendo. Estaban muy lejos para dispararles, pero los vimos claramente; su apariencia es la de un puerco y están dirigidos por uno de mayor tamaño delante del cual marchaba otro más pequeño. Los demás eran menores que el líder y seguían en fila. Estos animales tienen sendas en la Mon– taña, similares a las de las huellas de las cabras en Inglaterra. En– contramos los rebaños más numerosos donde eran más abundantes las palmeras, ya que sus nueces les sirven de alimento. También son destructores de chacras. Hacia la puesta del sol pasamos una playa en la cual vimos dos horn.bres que nos saludaron en español. Al principio pensa– mos que habían sido abandonados por los indios, pero viéndolos acompañados por éstos y que solamente querían hacer preguntas, continuamos. En la noche, remando hacia la playa para cocinar, mi canoa golpeó una vaca marina que estaba alimentándose. A la entrada de la noche llegamos a pernoctar en el pueblo de Cochichenas, pe– ro como toda la gente estaba durmiendo, no salimos de nuestras canoas hasta la mañana, salvo los indios que armaron sus carpas o toldos y durmieron en la playa. En la mañana, al llegar al pueblo, nos enteramos que el Go– bernador había partido el día anterior para Pebas y probablemen– te era quien nos había llamado desde la playa. El Alcalde indio que gobernaba en ausencia del Gobernador nos informó que el distrito producía zarzaparrilla; cera de abejas blanca, maíz, yu– cas y plátanos, pero ni bálsamos ni gomas. El algodón crecía cuan– do se sembraba, pero se cultiva muy poco y está valuado en un real la libra. Obtuve una cantidad como muestra, que provenía de una isla llamada Chagra a corta distancia abajo de Cochichenas. Fui informado que la moena c:rece de gran tamaño en la Mon– taña. El índigo más pequeño crece por aquí y obtuve dos mues– tras de dos tintes negros distintos de los que vimos en Pebas; uno de ellos se extrae de una corteza llamada cashicari, la otra de hojas que en cierto sentido semejan las del índigo grande excep– tuando que hay sólo tres hojas en el mismo tronco en lugar de cinco: se llama anapanga. La moena se encuentra en la Montaña y alcanza gran tamaño. Hay tres clases, siendo las semillas de una mucho más pequeñas que las de las otras dos. No pudimos obtener muestras ni de sus se– millas ni de maderas. Además de los animales salvajes usualmen-

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