Relaciones de viajeros
288 ESTUARDO NU~EZ beneficio del capital de los accionistas ingleses, tienen un merca– do seguro para el producto de las minas y la ventaja de la influen– cia de la Compañía para proteger sus intereses en Inglaterra. Aún más, tal arreglo sería superior al simple monopolio o esquemas de interferencia que se han aplicado, no exceptuando a nuestros con– nacionales de la acusación de haber actuado presionados por la avaricia tras las minas sudamericanas, que indujeron a otros po– deres a actuar más flagrantemente y que determinaron la ruina del Perú, al ejercer la invasión, opresión, abandono de la agricul– tura y su correspondiente, la despoblación. Sería, quizás, preferi– ble que los accionistas ingleses enviaran un comisionado para que defendiera sus intereses. No se duda que los españoles fueron culpables de opresión hacia el Perú, tanto más cuanto lo invadieron y oprimieron por la fuerza, manteniendo el país en un estado de bloqueo durante el tiempo de su autoridad y reduciendo la población a un quinto, al enviar los nativos de distritos agrícolas a los mineros. Han sido, sin embargo, acusados de otras crueldades de las cuales no creo que sean culpables. La codicia reinó en el Perú durante el tiempo de los españoles, pero salvo cuando se excitaba su afán de lucro no creo que hayan sido innecesariamente crueles con los natura– les. Al contrario, parece, en muchos casos, haberlos tratado con bondad y protección. Durante nuestro viaje conocimos a alcaldes indios y curacas y aun gobernadores de distrito que regían a sus conciudadanos de acuerdo a sus propias costumbres. Por lo me– nos puede asegurarse que el sistema adoptado por los españoles hacia los indios, destaca cuando se compara con el que ha sido y aún es usado por los portugueses blancos hacia los infelices nati– vos de Pará, y la consecuencia ha sido la correspondiente supe– rioridad de carácter de los indios peruanos. Con pena agrego que, desde la revolución, la atención del Supremo Gobierno de la Repú– blica ha estado demasiado ocupada con asuntos de necesidad inme- diata para considerar la condición de la provincia de Maynas; los gobernadores de los pueblos han principiado a actuar más con el sistema del "branco" hacia los indios, cuya consecuencia es que "los indios están abandonando los pueblos". Yo soy protestante, pero considero que no actuaría correctamente si no afirmara, no importa cómo hayan actuado en otras épocas y países los sacer– dotes católicos romanos, pues ellos, y "particularmente los jesui– tas", han hecho mucho bien entre los indios sudamericanos, prue– ba de lo cual es que aunque algunos de los indios de la Montaña
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