Relaciones de viajeros
RELACIONES DE VIAJEROS 297 asándolos como hacen con las demás carnes 'del monte. Están di– vididos en diferentes parcialidades, y hablan un dialecto que en– tienden medianamente los que saben la lengua Paná. Hay noticias de otra nación muy numerosa que vive reunida en pueblos gran– des a las orillas de otro río tan caudaloso como el Ucayali, que corre Norte Sur al oriente de ella: y linda contra otra que la hos– tiliza para robarle sus mujeres. Dicha nación confina por el Sur con los Sencis que son los más dóciles, alegres, festivos, de una fisonomía agradable y sumamente temibles a sus vecinos. Anda– ban como los Capanahuas completamente desnudos sin diferencia de sexo y sin otra señal de honestidad que traer los hombres el miembro atado a la cintura, como lo practican todos los demás del Ucayali que no usan calzones. Acostumbraban quemar a sus di– funtos, y beber las cenizas en chicha. Los Remos se extienden desde los cerros de Canchaguaya has– ta Abayan; pero viven en el interior del monte y rara vez salen al Ucayali. Parece nación crecida y valerosa, hablan dialecto, un poco diferente del de los Sensos, a quienes son parecidos. Los Cunivos los asaltan con frecuencia para robarles niños y mujeres. Los Amahuacas ocupan todo el país comprendido entre los dos grandes ríos Cuja y Ucayali, y los dos colaterales Tamaya y Sipa– hua. Los Piros y Cunivos cautivan a muchos de éstos y, por la no– ticia que daban y observaciones que se hicieron, se infiere que son dóciles y de fácil reducción pues no se advierte en ellos la estu– pidez común a los indios de esas montañas. Todas las tribus referidas pueblan la margen derecha del Uca– yali; a la izquierda se encuentran las siguientes: Los Hotentotes o Pinahuas de quienes no se tenía anteriormen– te noticia. No se ha podido averiguar a qué tribus pertenecen ni cuál sea el nombre que las distingue, y por lo sucios y asquero– sos se les ha comparado con los Hotentotes de Africa. Los Panos los llaman Puinahucy que es una expresión indecente. El año de 1811 fueron descubiertos casualmente: vivían en aquella isla que se descubrió del mismo modo, y bajaban frecuentemente a las Misiones; pero después desaparecieron repentinamente, y no se ha encontrado rastro de ellos en las islas, ni lográdose saber su paradero. Las Maparis existen entre el Ucayali y el Huallaga: continua– mente se notan sus vestigios en el camino real de Santa Catalina al Chipurana, se oyen algunas veces sus tambores, y se les ha visto con extrañeza un hacha de cobre; en lo mucho que han
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