Relaciones de viajeros

RELACIONES DE VIAJEROS 299 más que cinco, pues éste es el número de idiomas enteramente diversos, que se han descubierto hasta el presente en el río Uca– yali y sus colaterales. Los misioneros españoles trataron de reunir una crecida po– blación en el punto de Lima Rosa, extrayendo de la provincia de Maynas las familias que voluntariamente quisiesen allí avecindar– se para seguir desde la nueva reducción sus empresas sobre lo interior, y sucesivamente ir como por una escala, conquistando esas tribus errantes para la civilización; pero este proyecto no podía ser ejecutado por los misioneros que careciendo de los modos sencillos e invariables de atraer a los hombres por el sentimiento de la comodidad, por los goces de la vida social, se encerraban en la esfera de la Religión, sucediendo comúnmente, que sin pre– parar a los infieles para recibir la doctrina, escuchaban éstos co– mo una fábula graciosa los misterios, cuando se les predicaba con suavidad, o se exasperaban cuando se les quería hacer entender con aspereza, al punto de quitar la vida a los conversores, se– gún explica el padre Carvallo en su informe de julio de 1818. Los ríos principales de estas misiones son los siguientes: Uca– yali: río caudaloso, que desagua en el Marañón a los 4° y 14' de latitud, y 305 de longitud tomada de la isla del Fierro. Se llamó antiguamente Auca-yale, que en lengua de los Omaguas quiere decir río de enemigos. Toma ahora aquel nombre desde el pun– to donde se reunen el Parobeni y Tambo, de cuyas aguas se forma. Parobeni, que en lengua de los Piros es lo mismo que río pu– ro, nace no muy lejos del Cuzco, y entrando a la Montaña por el valle de Santa Ana, toma su principal rumbo al N. sin dejarlo hasta entrar en el Marañón, exceptuando las grandes vueltas que hace en la pampa del Sacramento. Pierde su nombre en su con– fluencia con el Tambo, y toma el de Ucayali a los 10º 31' de lati– tud 304º y 36" de longitud. Masameric: nace este río en la vaquería de San Miguel cinco leguas al Este de Andamarca, entra luego a la Montaña reunién– dosele varios arroyos que bajan de las serranías, llevando siempre el rumbo al N. E. hasta incorporarse al Pangoa, donde pierde su nombre y no su rumbo que lleva siempre hasta el Chanchamayo, hasta los 11 º .y 20' de latitud; desde allí se inclina algo más al E. hasta el Cerro de la Sal, desde donde lleva su rumbo invariable al E. hasta su confluencia con los demás ríos que forman el Tambo. A orillas de aquél y de los otros que forman este último, estaban las antiguas misiones del Cerro de la Sal perdidas por la suble– vación de Juan Santos Atahualpa.

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