Relaciones de viajeros

RELACIONES DE VIAJEROS 307 vidas flotó tan cerca de él, como para llamar su atención; y aga– rrándolo le fue posible sostenerse, evitando ahogarse hasta que un bote, que fue bajado tan pronto se pudo, con mejor suerte que los primeros dos, lo rescató. Mas, felizmente, en vez de muchos ahogados, todos escaparon con vida, algunos que no sabían nadar agarrándose de los botes: tres poniéndose los salvavidas, y otros tres nadando. Un momen– to más de demora en la llegada de los botes y uno, si no dos, hu– bieran muerto. Uno de los tenientes -gran oficial y el favorito entre sus compañeros y la tripulación- después de luchar hasta casi rendirse y pidiendo ayuda a un compañero de al lado, que de habérsela dado los hubiera envuelto en la misma suerte, ex– clamó: "¡entonces debo irme! 11 y habiéndose hundido y salido ya dos veces e iba ya por la tercera vez bajo el agua, probablemente para no volver a salir, cuando el bote se acercó tanto que uno de los tripulantes, viendo el peligro, se arrojó al agua y cogiéndolo del pelo logró sacarlo. Estaba completamente sin sentido cuando fue subido a bordo; y después de resucitarlo, pasó una gran angustia hasta que logró caer en un profundo sueño. La escena fue de impacto muy fuerte, pero la buena suerte~ para salir de esta aventura, coronó todo con visible misericordia. Al acercarnos al "Brandywine", el "Guerriere" saludó la ban– dera del Comodoro Jones con trece cañonazos; que fueron devuel– tos al pasar frente a su popa, y anclamos dentro, en línea con su pareja "Vincennes". El "St. Louis" al mismo tiempo se colocó fue- · ra del "Vincennes" en linea con el "Brandywine" y la goleta "Dol– phin" a la popa de todas, incrementando el número del escuadrón. Una corbeta inglesa y otra francesa, con una flota de mercantes estaban a nuestra vista. Y de acuerdo a la etiqueta social, rápida– mente enviaron botes que llegaron al lado del "Guerriere" para presentar el acostumbrado saludo al Comodoro Thompson. Como se acercaba la noche, no dejé el barco hasta la mañana siguiente, cuando ofrecí mis respetos al Capitán Finch del "Vincen– nes 11 y a los oficiales del barco, con los cuales me voy a relacionar muy pronto. Quedé encantado con mi visita. El capitán me recibió con mucha cortesía y me dio gusto escucharlo como a hombre de mundo, no sólo por ser un oficial inteligente y eficaz, sino tam– bién por ser un hombre amigable y agradable. El Teniente Stri– bling, primer oficial, es abiertamente piadoso, y todos los caballe– ros de la sala, según me han dicho, poseen excelente carácter. El "Vincennes", una corbeta de 24 cañones, se dice que es la más hermosa embarcación de su tipo, y la más rápida de nuestra ar-

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