Relaciones de viajeros

308 ESTUARDO NU.t\tEZ macla. Parece estar en muy buen estado. La cabina es muy elegan– te, y la sala es limpia y confortable, como una sala de recibo en casa. El Capitán Finch ya ha recibido del Comodoro Jones las ór– denes que le transmitieron del departamento naval, ordenando su retorno a los Estados Unidos, por las islas y el Mar de la China, y fa– cilitándolo por mi paso al barco. Sin embargo no va a navegar hasta dentro de 10 o 15 días; lo cual me dio gusto escuchar, porque así me beneficiaría con unos cuantos días en tierra; una miradita a Lima, antes de ser llamado para volver a hacernos a la mar. Mientras estaba a bordo del "Vincennes", recibí una invita– ción del Comodoro Jones para visitar el "Brandywine". Antes de la llegada del "Guerriere", ese día estuvo señalado para su partida a los Estados Unidos, llegara o no el escuadrón de relevo al Callao y todavía estaba indicada su partida. Todo a bordo estaba alboro– tado por los preparativos, pero el Comodoro insistió gentilmente en que me quedara a comer ya que así iba a tener el placer de conocer al Dr. Boyd y al Sr. Cox, el cirujano y el sobrecargo de la fragata, y de encontrarme con el Dr. Me Call, antes del "Dolphin", un antiguo amigo y compañero de colegio. A las t.res en punto se dieron órdenes de levar anclas y mien– tras la fragata se soltaba de sus amarras, el "Guerriere," el "Vin– cennes" y el "St. Louis" dieron tres hurras que hicieron resonar el espacio, y todo corazón americano vibró de emoción; ante lo cual llegó la respuesta llena de entusiasmo por los afectos a su tierra, dada por los quinientos tripulantes del "Brandywine", col– gados como pájaros de los obenques; e inmediatamente después, mientras salíamos rápidamente, partieron a su destino. El "Vincen– nes" la siguió como cumplido hasta la ensenada, y después de intercambiar saludos, volvió para tomar su posición bajo la ban– dera del Comodoro Thompson. Hay siempre mucha etiqueta en estos movimientos: el viernes, conforme llegábamos en el momento que se podía distinguir con largavistas la bandera azul del Comodoro Jones, fue arriada la del Comodoro Thompson y la sustituyó una roja -la del Comodoro Jorres-, mientras que permaneciera al mando, y no fue hasta que el "Brandywine" dejó la bahía que la azul volvió a flotar del más– til del "Guerriere". Esperando estar en Lima el próximo sábado -el único que ha– bía entre hoy y el día de partida del "Vincennes"-, ayer di un sermón de despedida aquí, y tuve una prueba del interés y afecto que me tiene la tripulación del barco. No fue hasta ese momento,

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