Relaciones de viajeros
RELACIONES DE VIAJEROS 319 cuando al convertirse en objeto de celos del partido en el poder, le fue pedida la renuncia a la Prefectura, bajo la base de que su presencia sería necesaria en la división del ejército comandado por él, para la guerra con Colombia, en el Alto Perú; a la cual se le ordenó concurrir con sus tropas. La Fuente renunció a este cargo civil en Arequipa, pero desoyó las órdenes de marcha; mientras tanto, el General Gamarra, Co– mandante en Jefe bajo La Mar, el Presidente, pasó por Arequipa después de la rendición de Bolivia en el Sur, hacia los cuarteles generales de La Mar, en Paita, al Norte y se cree que la revolución o usurpación que tuvo lugar fue acordada aquí por los dos ge– nerales. La Fuente fue aconsejado por Gamarra de no obedecer las órdenes del Gobierno de proseguir a Paita y de esperar un momento oportuno para desembarcar las tropas en el Callao, y nombrarse él mismo el amo de Lima, ciudad de la cual salieron to– dos los soldados, excepto una pequeña guarnición de Palacio, ha– biendo sido enviados a la contienda con Colombia mientras que Gamarra tomaría medidas en el campo para asegurar la abdicación y exilio de La Mar. Después de la derrota de los peruanos por Bolívar en Cuenca, La Fuente recibió nuevas y perentorias órdenes de proseguir con su ejército a Paita; y considerado esto como la coyuntura desea– ble para la acción, dejando Arequipa con mil seiscientos soldados, desembarcó en el Callao y acampó en Magdalena, un pueblo a dos o tres millas de Lima, bajo el pretexto, dado al gobierno de la ciudad, de que los transportes en que se había hecho a la mar, eran inadecuados para un viaje más largo. El vicepresidente Sa– lazar, receloso de este movimiento, citó a La Fuente en palacio, y le informó que los nuevos transportes estarían listos inmediata– mente, ordenó el reembarco inmediato de sus tropas hacia su des– tino. El general entonces empezó a sacarse la máscara, replicando que sus tropas eran de reclutas muy nuevos, sin preparación para el servicio, mientras que el ejército colombiano estaba compuesto de veteranos con los cuales era imposible competir; que la gue– rra no se podía mantener, y que debería haber paz, añadiendo, mientras salía, que debería regresar a Magdalena, y que si el vice– presidente tuviera alguna otra comunicación para él que la en– viara a su campamento y no llamándolo a Palacio. Poco después mandó una comunicación a Salazar diciendo que, convencido de la incapacidad de la administración para ha– cer frente a las exigencias de los asuntos de gobierno, iba a tomar a
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