Relaciones de viajeros

334 ESTUARDO NU&EZ That ist glad stream of melody could spring Up from the unsounded gulfs of human wo!" (*) También agradezco al Sr. Prevost por la presentación perso– nal a una familia de rango, para la que traje cartas del Sr. Tudor. El estilo morisco de la residencia, introducido en España por los primeros fundadores de la ciudad, es común en todas las cons– trucciones pertenecientes a las clases elevadas de la sociedad. Es una edificación cuadrada de uno o dos pisos, incluyéndole una gran área o cuadrado, en el centro. Está rodeada por patios a los cuales desembocan todas las piezas del primero y otros pisos, cuando los hay. Es muy común un segundo rectángulo y a veces un tercero, de modo que las mansiones cubren un gran espacio, siendo a menudo muy extensas. La entrada es generalmente por un portal majestuoso y sóli– do, como la entrada de un castillo; y que cuando está cerrada proporciona, como el puente, máxima seguridad contra todo pe– ligro que se aproxime del exterior; una ventaja que ha demos– trado ser de no poca importancia en los años de conmoción y re– vuelta por los que ha atravesado la ciudad últimamente. La plan– ta baja, cuando hay dos pisos, está comúnmente destinada a los establos, cocheras, cocinas, oficinas, etc., mientras que los salo– nes y dormitorios de la familia están en la parte superior. La mansión que visité en esta ocasión era de un piso, exten– diéndose alrededor de dos espaciosos patios. Cruzando el prime– ro de ellos, pasamos a través de una baranda a una antesala de la cual estaba separada por una serie de grandes ventanas y puer– tas de vidrio con marcos y bastidores ricamente ornamentados. Esta pieza, de treinta pies cuadrados, lujosamente amoblada se co– municaba por puertas de vidrio plegadizas con otra del mismo tamaño en el patio anterior y en la cual fuimos presentados a la dueña de la casa. (*) "y ligeras y altas ¡ 1as puntiagudas llamas del fuego crecieron 1 hasta que la transparente oscuridad del cielo j se convirtió en un manto rojo-sangre en su clamor; 1 y como fantasma, la ciudad encendida pa– recía 1 extenderse, flotar, ondear, como si brotara del viento. 1 "¿Que se oyó entonces?-un resonante alarido de pánico, 1 como si siempre rondara al torturado oído.- 1 Oí una melodía solemne y dulce 1 Que atravesaba las llamas, sin temor y muy claramente! ¡ Era algo de temer pero a la vez algo glorioso. 1 Oir ese himno de martirio, y saber 1 Que su agradable tono melódico subía. 1 Desde las desconocidas profundii dades del dolor humano!" 1

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