Relaciones de viajeros

CARTA VI RETORNO DE LIMA Y VISITA DE DESPEDIDA A TIERRA U.S. navy Guerriere, en Callao Julio 3, 1829. En ésta tienes, querido H .... , mi última fecha abordo del "Guerriere"; son ahora las 10 de la noche y el "Vincennes" parte mañana. He regresado hace dos días de Lima bastante enfermo, des– pués de haber estado muy indispuesto los tres días anteriores e impedido consecuentemente de gozar de lo que me rodeaba. La atmósfera y el clima de Lima, durante la quincena de mi estadía, me han desilusionado tanto como el desolado aspecto del país y el estado de la capital. En esta latitud es invierno, y para mí, en este sentido, ha sido enfáticamente. "el invierno de mi des– contento". Hay en la atmósfera una nebulosidad constante y una llovizna menuda, irónicamente denominada por los marinos que sufren sus molestias en las guardias nocturnas y matutinas, "rocío peruano", el que dista mucho de producir en mi visión el efecto de un vidrio Claude Lorraine. Aun en la brillantez del verano, aunque igualable y tan suave como un día de mayo nuestro, me di– cen que para los residentes extranjeros es tan dañino como her– moso; que sonríe sólo para destruir. Su blandura mina insensible– mente los poderes de la constitución corporal y el resultado es pre– matura decrepitud y una temprana muerte. Las visitas de principal interés que hice en Lima, después de la del Padre Arrieta, fueron las iglesias y monasterios de los monjes dominicos y de San Agustín; las capillas de los conventos de monjas de Santa Ana y Santa Clara, donde tuve la visión, a través de un oratorio, de las monjas en oración, etc.; a una escue– la lancasteriana, algunos de los hospitales y el Panteón o lugar de entierro a tres millas de la ciudad, hacia la parte alta del v8lle del Rímac.

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