Relaciones de viajeros
RELACIONES DE VIAJEROS 365 ro cuando el ojo se acostumbra, esta impresión desaparece, y tan– tos a quienes ha parecido una vez deprimente, enmiendan su opi– nión. El traje consiste en una especie de falda larga totalmente ple– gada, que puede llegar hasta arriba, con una manta amarrada alre– dedor de la cintura, pero lo suficientemente larga como para ser traída sobre la cabeza, que es toda recubierta con ella a excepción de un ojo. Nada puede facilitar una intriga tan bien como esto, por– que el marido puede encontrarse con su mujer y el amante con su amada y sin embargo ser ignorantes de esa circunstancia. Las montañas inmediatas a Lima son de pequeña elevación, siendo solamente San Cristóbal un cerro notable. Este cerro es alto Y de difícil acceso pero una vez ascendidos a la capilla o ermita de la cumbre, la vista que muestra tanto la ciudad como la campiña, y aun a los Andes, es verdaderamente hermosa. Las manzanas que componen la ciudad están divididas y subdi– vididas en casas construidas en cuadrados, y que son generalmente de dos pisos. Sus paredes son bastante gruesas y están hechas de ladrillos largos sin quemar, y compuestos de material elástico. Es– tán calculadas para resistir los violentos temblores que se presen– tan con más o menos violencia en los meses de enero y febrero. Las casas están construidas bajo el principio de la esbeltez, y son espa– ciosas y bellas, pero a causa de los pisos de ladrillos junto con las esteras constituyen un albergue de pulgas, por lo cual estas residen– cias son sumamente incómodas para un inglés. Tampoco el traje lar– go ha producido que las gentes por sí solas no sean susceptibles a la agresión de los insectos, ya que siempre están proveídos con un pedazo de vellón de lana de alrededor de cuatro pulgadas de ancho enrollada y cuando sienten una picadura (lo cual es muy frecuen– te) esta trampa se aplica a menudo con gran éxito. Pero no son to– dos escrupulosos en el cazar o en matar a estos pequeños atormen– dores, pues permiten que la compañía sea tan numerosa y espléndi– da, ni creo que haciéndolo sean conscientes de cualquier transgre– sión de las estrictas leyes de la honestidad. La mayoría de las da– mas suelen ejecutar el piano y el canto, y todas son apasionadas cul– toras del baile. Hay muchas danzas peculiares de los diversos países de Sudamérica, como es en el Perú aquella "danza del Chocolate", y en Chile la "Balsa de Tierra''. La primera respeta mejor la hones– tidad, e igual que la segunda, es ejecutada por dos personas sola– mente. La población de Lima está formada por españoles, criollos, in– dios nativos y esclavos africanos, y cada uno de esos grupos no tie– ne nada peculiar, en costumbres y hábitos, salvo que las clases sub– ordinadas siguen la moda más predominante entre los españoles. Sus
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