Relaciones de viajeros

36 ESTUARDO NU~EZ había todavía llegado a Lima del campo de acción; el coronel Me· dina, mensajero de la carta de Sucre, había sido asesinado en el camino poco después de separarse del ejército. Este atardecer desembarqué en Chorrillos con uno de los guardiamarinas; los naturales, según me han dicho, con ejemplares peruanos puros, sin mezcla con español o africano; el color de su piel es amari– llo oscuro, son de estatura baja, pero anchos y gruesos; sus ca– ras anchas, ojos oscuros brillantes y la nariz en general, es aguileña. Conversé bastante con un hombre de mediana edad, cuyas respuestas a mis preguntas eran muy inteligentes. Me dijo que los chorrillanos eran muy sanos y que había en el lugar varias personas de más de 90 años de edad. Dice que en el lugar hay dos escuelas para enseñar a leer a los niños. La gen– te de Chorrillos parece vivaz y de buen humor y acepta fácilmen– te entrar en conversación. Mi amigo chorrillano me indicó que las mareas se elevan de 3 á 4 pies. Las nuevas de la victoria en Huamanga llegaron a Lima el 17 y fueron posteriormente con– firmadas por la llegada de un soldado español, a quien examinó cuidadosamente Bolívar en presencia de nuestro primer teniente; aquél alegó haberse pasado a los colombianos al iniciarse la ac– ción, que había presenciado la firma de la capitulación y acompa– ñado a Medina el día antes de que éste fuera asesinado, que le ha– bía visto muerto, y que luego él inició su marcha a Lima. Bolívar le indicó que lo arrestaría hasta que se supiera toda la verdad y que podía estar seguro de ser fusilado si su relación fuera falsa. Basándose en esta evidencia el Ministro de Guerra escribió la carta anterior al capitán Maling por orden de Bolívar y publicó un avi– so al público, conteniendo las generalidades de la declaración del soldado. Diciembre 22.- Hoy día se recibió el diario oficial de Lima, conteniendo un despacho de Sucre y los términos de la capitulación. Diciembre 25.- Después del serv1c10 religioso, dos oficiales españoles acom– pañados por Monteagudo, vinieron a bordo y comí en la cabina con ellos. Son comisionados enviados por La Serna para impo– ner oficialmente a Rodil los términos de la capitulación con Su– cre, en virtud de la cual debe rendir los Castillos del Callao. Mon- '

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