Relaciones de viajeros

RELACIONES DE VIAJEROS 41 grupo de marineros con ese objeto; cuando llegué me enteré que habían empleado varias horas cavando. Después de uno o dos in– tentos sin suerte, habían dado con un lugar adecuado y descu– bierto un cuerpo, colocado verticalmente y rodeado de grandes pie– dras. El cuerpo estaba totalmente doblado, las rodillas contra la boca. No quedaba de él, sino el esqueleto y el cabello, que pa– recía negro, sobre el cráneo. El cuerpo aparentemente había es– tado cubierto con una estera, en cuyo interior había un tejido de muy buena calidad y en muchos sitios en buen estado. Tam– bién tenía gran cantidad de algodón, próximo al cuerpo fuera de las envolturas. Se hallaron varios utensilios, una hacha de cobre, una piedra de afilar, un arete de cobre; varias jarras, algunas lle– nas de maíz, otras con una sustancia como café tostado; una bol– sa pequeña, probablemente un monedero cuya tela estaba adorna– da con un borde coloreado. Los utensilios y jarras antes men– cionados formaban una especie de círculo alrededor del cuerpo, y en el exterior de este círculo se hallaron otros cuerpos echados horizontalmente, con los pies apuntando hacia el centro. Todos estos detalles parecen estar de acuerdo con la relación que da Ro– bertson de la costumbre peruana de enterrar sus muertos. Enero 16.- Esta mañana desembarqué en el bote de aprov1s10namiento y visité el mercado frente a la iglesia de Chorrillos. Desde que el Callao ha sido cerrado, Chorrillos se ha convertido en un si– tio de considerable importancia y ha abierto un mercado perma– nente para suplir la demanda de cerca de treinta barcos anclados en su puerto. La carne de res, carnero y cabra, los vegetales de distintas clases, camotes o papas dulces, maíz, col, uvas, paltas y y requesón. El último artículo era un lujo para mí. Las vacas son ordeñadas en el campo y la leche llega al mercado cerca de las nueve de la mañana, y lo que queda sin vender ese día, se vende al siguiente como leche cuajada y para hacerla más agradable ponen en un recipiente lo que ellos llaman miel o algo como ja– rabe de azúcar. Luego visité a algunos de mis amigos limeños que ahora viven en Chorrillos. Caminamos juntos a lo largo de la pla-· ya para encontrar un sitio donde bañarnos y cuando habíamos avanzado una corta distancia del muelle que había sido levanta– do por la tripulación del Cambridge, encontramos el cadáver de un inglés, el que daba la apariencia de haber muerto al caer du– rante la noche desde lo alto del acantilado. El cuerpo fue lleva~

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