Relaciones de viajeros

so ESTUARDO NU&EZ Abril 1.- Hoy recibimos una visita de algunos oficiales de dos naves de guerra holandesas: una fragata de 36 cañones y una corbeta de 32, las que habían llegado últimamente al puerto, en ruta a Bata– via. Parecían jóvenes saludables, calmados en sus maneras, como lo son generalmente los holandeses, e inteligentes. Se quej8.ron de la falta de cortesía de los oficiales franceses en el puerto; di– jeron que los habian visitado, pero habían sido recibidos en Jo que consideraban la forma más fría e indiferente. Hacía dos o tres días que los patriotas habían abierto fuego con una batería que instalaron casi a una milla de los castillos del Callao. Se ha– bían intercambiado disparos por ambos lados sin ningún daño visible. Podíamos percibir claramente el humo de las bombas alzándose a considerable altura en compacta nube y a veces el pol– vo causado por su explosión en el suelo. Abril 8.- Hoy comí a bordo de la corbeta holandesa con tres de mis compañeros. Cuando llegamos a bordo hallamos reunido un gru– po considerable en el alcázar: varios oficiales del Briton y de la fragata holandesa. Después de esperar cerca de una hora, se anunció la comida; había una mesa larga preparada en el lado de estribor de la cubierta principal, habiéndose retirado los cañones y separado la mesa de las otras partes de la cubierta por una división de banderas. Eramos alrededor de veintiséis: el capitán a la cabecera como presidente y el capitán de la fragata al extre– mo de la mesa. Yo estaba sentado a la mano derecha del vice– presidente. Aunque la nave es pequeña y sólo lleva treinta caño– nes, se esforzaron en damos una excelente y abundante comida; el primer plato se componía de sopas y caldos, y luego cubrie– ron la mesa para el segundo plato con aves, jamón, pavos Y pasteles. A mi lado se colocó un plato muy agradable de manzanas cocidas en azúcar. Nuestros amigos holandeses trataron en todo lo posible de darnos una cariñosa bienvenida, y me complacía su sincera y simple hospitalidad, así como su buen humor. Conversé con el vice-presidente y mi vecino a la izquierda alternadamente en francés y alemán. El vice hablaba ambos idiomas bien y mi amigo de la izquierda hablaba holandés como yo hablo alemán, pero nuestra conversación no fue siempre muy comprensible aun·

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