Relaciones de viajeros
56 ESTUARDO NU~EZ los antiguos peruanos. Su estructura es extremadamente tosca. Se levanta una especie de muralla de piedra suficientemente grande para contener un cuerpo, y se coloca adentro al difunto en posición de cuclillas, con las rodillas tocando el mentón; cu– bre el cuerpo una manta de algodón, luego un tejido y por úl– timo una estera. Toda la superficie de este cerro está cubier– ta de estos entierros y por ello uno se inclinaría a pensar jun– to con otros hechos similares, que la totalidad de la población del antiguo Perú ha sido enterrada junto al mar. Esta opinión está apoyada por algunos pasajes del historiador Garcilaso de la Vega, quien dice que los antiguos habitantes de este país deseaban que sus cuerpos fueran enterrados en las playas del Pacífico, de mo– C') q~e sus tumbas pudieran ser iluminadas por los rayos del sol poniente, objeto de su amada idolatría. Un día o dos después de que anclamos en Quilca, Bolívar en su camino de Lima a Arequi– pa visitó este lugar. Fue recibido con gran demostración de res– peto por los habitantes de Caleta. Previamente habían levantado para su recepción un gran cobertizo, y el día de la llegada se le preparó un suntuoso desayuno. Llegó en la mañana temprano, desde el Cambridge se disparó una salva de diecisiete cañonazos, tan pronto como apareció a la vista en los cerros de la vecindad, y el capitán Maling con algunos de los oficiales desembarcaron para acompañarlo en el desayuno. Los comensales formaban un grupo de más o menos treinta personas. El mismo día comió a bordo del Cambridge, acompañado por algunos de sus oficiales. Mayo 10- Levamos anclas y nos dirigimos a Arica, el prox1mo objetivo de nuestro viaje. En algunos días llegamos a divisar el cono volcánico de Arequipa y los majestuosos picos de su cercanía, algunos de los cuales estaban cubiertos de nieve; la silueta de las montañas era impresionante. Ninguno de los libros que tenemos a bordo hace mención de este volcán o de las alturas de las mon– tañas circunvecinas. El 18 de mayo anclamos en Arica, navega– mos cerca de la costa para coger viento y avanzamos realmente de 20 a 30 millas por día. Mayo 21.- Desembarqué en el esquife más pequeño del barco conduci– do por dos muchachos y al baja:r me mojé completamente con la
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