Símbolos de la patria

194 GUSTAVO PONS MUZZO teraria que, por su naturaleza, sólo pertenece al país mismo; y 'fil hay algo de censurable en nuestro propósito, será el exceso de sentimien– to, que aspira a que, tratándose de la más sintética expresión del amor de nuestra patria a su independencia y libertad, aspira, deci– mos, a que la inspiración poética corresponda por completo a la gran– deza y sublimidad de su objeto. ¿Qué es lo que da el carácter de nacional a un canto patrióti– co? - ¿Es la sola declaración oficial de que debe considerársele co– mo tal? Evidentemente no basta una declaratoria de la autoridad políti– ca; es preciso la aceptación expontánea del pueblo, su difusión en to– das las clases de la sociedad, y la costumbre de expresar por medio del himno la emoción que produce cuatquiera manifestación o acon– tecimiento patrio. El himno reproduce y redobla a su vez la emoción patriótica, como por un resorte eléctrico, en millares de corazones, Y removiendo las misteriosas profundidades del alma humana, hace capaz al ciudadano de ese delirio sagrado que se llama el heroísmo. Que llena esas condiciones la música de nuestra canción nacional, na– die puede ponerlo en duda. A la alta gloria de haber sido designado en concurso público, y, en u:p rapto de entusiasmo, por el mismo Ge– neral San Martín, como el himno guelFrero de la patria, en la época en que la patria necesit:,tba aún de grandes esfuerzos para acabar de conquistar su independencia; a esa alta gloria, repetimos, reúne la sanción oficial, la de la historia y la de todos los pueblos del Perú. ¿Quién que ha nacido en nuestro suelo no reconoce el Himno Na– cional desde que oye sus primeras notas? ¿Quién se ha propuesto jamás sustituir con una nueva, o reformar siquiera la música del ac– tual Himno Nacional? ¿A pesar de los leves defectos que los maes– tros en el arte pretenden eµcontrar en esa música, donde ni cuándo se ha manifestado el pensamiento de alterarla? "La composición musical, dice el escritor que más vigilias pare– "ce haber consagrado a las hermosas tradiciones de nuestra emanci– "pación política, fue obra de un pobre lego cuya mente abrigaba en "un rincón de un convento, los sonidos que más tarde debían condu– "cirnos con entusiasmo a los campos del honor y la gloria. S~ com– "posición musical mereció la aprobación sobre otras que fueron pre– "sentadas, y .es la misma marcha o canción nacional que conserva– "mos hasta hoy y que será tan eterna como la existencia del Perú "independiente". (1) (1)-Mariano Felipe Paz Soldán. "Historia del Perú Independient.e".

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