Fénix 1, 46-86

Fray Manuel Mercadillo es algo más benigno, pero sin dejar de referir a su vez cuando puede dañar al acusado. Y después de que en 1503 le ha- bía alabado poxnposamente su sermón de Santa Teresa diciendo que era "gra- ve, vehemente, delicado, fino y sólido.. . y que no sabe qué admirar más si la destreza, la hermosura, si la solidez, si la dulzura con que en él se proce- de. . . , comparándolo luego con los sermones de Flechier, Massillon y Bour- daloue. . . en esta triste ocasión parece haber olvidado tan extremados elogios y sólo dice: "El de Santa Teresa lo leí en calidad de aprobante; y solo podré asegurar a V.S. que pareciéndome ajeno de tachar las notas que me pare- cieron insultantes a hombres piadosos, sabios y condecorados, me insinué a que Ias quitase para dar el sermón al público. . ." Para los tres mercedarios el acusado no tenía cualidad alguna: era un dechado de maldad. Y sobre todo el proceso planea la sombra negra y fatídica del inquisidor Isidoro Sainz de Alfaro y Beaumont (27). Desde febrero anterior había es- crito a Iturrigaray junto con el Inquisidor Prado y Ovejero que Talamantes debía ser remitido a Lima y que no gozaba de su confianza, en oficio que ter- minaba así: "Puede convenir al mejor servicio del Rey que V.E. sepa que con las qualidades de este religioso debe alejarle de las puridades del gobierno" (28). Y en otro dirigido a González Carvajal y a Fonte les decía: "En 16 de septiembre último, para las nueve de la mañana tenía decretada la reclu- sión de Padre Fray Melchor Talamantes al Colegio de Tepotzotlán por re- petidos malos informes de su vida y conducta religiosa, en juegos carteados a muy deshora de la noche, conversaciones libertinas, trage indecente en el vestir, vivir y pernoctar fuera de su Convento, y estar incurso en la suspen- sión que impuse a clérigos y religiosos de esta Capital, que celebrasen sin presentarme sus respectivas licencias de celebrar, predicar y confesar. . . " (29). Y más aún, el mismo 17 de septiembre escribía: "Quando V.A. me en- cargó ayer el registro de papeles del Padre Fray Melchor Talamantes, no du- dé que hallaría entre los muchos que leí, proposiciones poco arregladas al ca- rácter que profesa. . . " (30). Afirmaciones apriorísticas. De antemano conocía todo cuánto iba a su- der y a encontrar. Y con cuánto júbilo debió escribir el 23 de noviembre a un amigo de Cá- diz dándole cuenta de lo que ocurría en México " . . .esto está quieto y sose- (27).-Había sido canónico de T o l ~ d o ,en Espafia. E r a primo del Arzobispo Lizana y Beaumont, y cuando poco después fué éste designado Virrey, le nombró a su vez Goberna- dor del Arzobispado. "No fué bien recibido este nombramiento porque el agraciado no te- nía si~npatiasa consecuencia de su carácter" dice Castillo Negrcte. Fué también Prebenda- do de la Catedral y en 1821 académico de honor de la Acadenria de San Carlos. (28).-Documentos.. . de García, T. VII, p. 486. (29).-Documentos.. . de García, T. VII, p. 182. (30j.-Documentos. . . de García, T. VII, p. 484. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.1, enero-junio 1944

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