Fénix 1, 87-103
País, de 1791 a 1795 o la "Biblioteca Peruana de Historia, Ciencias y Lite- ratura", Lima 1860-64, en la cual Manuel A. Fuentes reunió los escritos del ya entonces muy escaso "Antiguo h4ercurio Peruano". Además de muchos datos de iilterés, esta revista publicó !as relaciones de los padres Manuel So- breviela y Narciso Girbal y Barceló sobre sus exploraciones en Mainas. Respecto a los diccionarios geográficos no disponemos de ninguno que esté al día con los modernos conocimientos ge3gráiicos sobre el Perú. El más amplio y mejor sigue siendo el "Diccionario Geogrjfico Estadístico del Perú" de h4ariano Felipe Paz Soldán, publicado en 1877. Esta obra, en la que el autor trabajó durante 36 años comprende 30.233 nombres. Uno de los aportes más importantes de este diccionario consiste en la explicación eti- mológíca de la mayoría de los nombres quc derivan casi todos del quechua o del. aimara. Entre sus apéndices Figuran un diccionario orográfico y otro hidrográfico y, como ya dijimos, la "Biblioteca Geográfica del Perú". Como un epigonal del diccionario de Paz Soldán debc considerarse el de Gernihn Stiglich que se ~ub l i c ó en 1922-23. La única ventaja de este último consiste en la revisión de los datos acerca de la división política y que, en cuanto a demografía, se basa en el Censo de 1875, mientras que Paz Soldán utilizó las cifras de1 Censo de 1862. En cambio Stiglich prescinde por com- pleto de las etimologías de los toponimias. Teniendo en cuenta que tanto las cifras del Censo de 1862 como las del de 1876 son muy dudosas, las ven- tajas del diccionario de Stiglich se reducen casi a cero, resultando el balance entre ambos a favor del primero. Para la documentación sobre ciertas cuestiones, sobre todo en el domi- nio de la historia de la geografía, puede ser útil todavía el clásico "Dicciona- rio geográfico-histórico de las Indias Occidentales o América", cuyos cinco volúmenes publicó Antonio de Aicedo en Madrid, 1786-89; asimismo el me- nos escrupuloso "Diccionario histórico geográfico de América" que publicó en italiano el ex-jesuíta Juan Domingo Coletti en Venecia, en 177i, en dos volúmenes. Es quizá en el campo de la cartografía donde el Perú ha producido obras de más consideración, continuándose el esfuerzo con ritmo igual hasta los tiempos más recientes. En la cartografía igual que en la geografía general, el Perú debe la primera obra de síntesis al celo de Mariano Felipe Paz Sol- dán, entonces Director General de Obras Públicas. Ha sido él quien formó el primer Mapa del Perú y publicó el primer atlas geográfico del Pcrú en Pa- rís, en 1865. Este atlas, compuesto de LXVIII láminas, no solamente con- tiene mapas de todos los departamentos sino también planos de los capita- les departamentales y hermosas reproducciones de vistas fotográficas de ciu- dades, antigüedades y otros objetos dignos de llamar la atención. Asimismo incluye un mapa mineralógico del Perú, un cuadro general de alturas compa- rativas, los fondeaderos de algunos puertos peruanos y un mapa que inues- tra el corte geológico de la parte sur del país que comprende los departamen- tos de Puno, Arequipa, Ica, Lima, etc. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.1, enero-junio 1944
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