Fénix 10, 261-286
2 74 FENIX parar, meditar y porque encontramos una satisfacción amistosa y vivísima al consignar aquí nuestras impresiones personales, impresiones que estamos se- guros de ello, compartirán con nosotros muchos de los lectores. En efecto, este libro está lleno de encanto para los que conocemos a Ricardo Palma desde la más tierna juventud y lo hemos seguido en todas las vicisitudes de su vida literaria, política, periodística, burocrática y parlamen- taria. Hay entre la vida de los poetas y sus escritos una relación íntima. Si se estudian bien sus producciones, fácil es adivinar su vida y su carácter. Los sentimientos políticos son los que más se reflejan en sus obras. En los últi- mos tiempos, como en los anteriores, comenzando desde el Dante, todos los que han sido dotados de la inspiración poética se han dejado llevar de las agi- taciones populares y han tomado parte en ellas. Las pruebas y los ejemplos históricos sobreabundan. En !a América española, donde el régimen republi- cano da a cada cual parte directa en la existencia política, donde la literatura propia e imperecedera está aún en gérmen, y por lo mismo sometida a ia in- fluencia de las pasiones más vivas, los nombres propios se multiplican para confirmar esta observación. Cesi no hay en toda la cadena de repúblicas que baña el Pacífico un solo nombre literario que no sea al mismo tiempo un nombre político. Ricardo Palma sufrió desde casi niño, la obsesión de ésta ley fatal. Comenzó por cantar las glorias de la patria en la epopeya de la independencia y el sentimiento patriótico lo llevó a apasionarse de las teorías liberales. El amor a la libertad se encarnó en su organización sicológica. Palma pensó, amó, sinti6, aspiró, escribió, cantó, sufrió, combatió y sucumbió o triunfó por el principio de la libertad. Soldado más o menos prominente, más o menos oscuro en las filas de sus correligionarios, en todas las circunstancias de su vi- da fué leal, impertérritamente leal a su bandera. Ni las persecuciones, ni las enemistades gratuitas, ni los destierros, ni la pobreza, ni los desengaños, ni los dolores íntimos, nada ha podido debilitar la fe de su alma, la valentía de su palabra, la energía de su pluma. El lector encontrará, pues, en este libro, como habrá encontrado en las ARMONIAS del mismo poeta, hermosos ver- sos escritos bajo las impresiones, siempre fogosas, del amor a la patria y a la libertad. Pero no es sólo la cuerda ronca, sonora y vigcrosa del entusiasmo la que vibra en el harpa del poeta autor de este libro; ni es ella, a nuestro jui- cio, la que tiempla cuando arranca de su corazón los mejores cantos. Aprecia- mos más en Palma la dulce y amena galantería, su senci!la y graciosa fecun- didad para con las bellas, su florida y cortés amabilidad, su filosofía rápida, casta, suave, a veces lóbrega, siempre verdadera, siempre melancólica. Se han comparado Ics canoros gorjeos de las cantatrices a una arrno- niosa lluvia de blancas perlas sobre un platillo de oro. Al leer algunas de las composiciones que encierra este voiumcn sentimos nosotros la misma impre- sion. Hay trozos en que se reproduce toda la ligera sonoridad y toda la pla- teada delicadeza de las perlas cuya caída se imagina el espectador cuando, en Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.10, 1954
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